viernes, 27 de diciembre de 2013

Ella no come amigos

 -  ¿Por qué no estáis juntos?
 - Porque ella come amigos. 
 - ¿Cómo que come amigos?
 - Si, me dijo: "te quiero, pero como amigos"




Ella no come amigos que yo sepa, sé que en un tiempo me comió entero y  entonces no me enteré, sé que hace no tanto me mordió el corazón, muy fuerte, hizo que se tambalearan mis límites y mi historia, mi sentido de lo que era norte y de lo que era sur, no se debe entrar a una gruta sin saber si dentro vive el oso salvaje del amor y menos si uno es propenso a dejarse devorar por la belleza, que era complicado pensar en ella mientras iba y venía por esta vida que a veces es muy sencilla y a veces endiabladamente complicada, imaginarla, imaginarnos mientras lo de fuera se obstinaba en ser como era o como debe ser y quién pone barreras al deseo, a las ganas de vivir, a tanto como hay por descubrir.       

Mis respetos enfurruñados a su casi santidad, a su castidad, a sus decisiones, a su vida,  a sus opciones, a sus silencios o a sus largas descripciones de lo que hace o cómo lo hace o a lo que no hace.

Mis respetos absolutos a la distancia, a la ausencia, a todo lo que ella quiera, quiero seguir siendo su amigo, aunque me coma.

Pero sé que a eso no se atreverá. 


Y yo, tampoco.



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