lunes, 28 de octubre de 2013

Portrait of Paul Schreber.



Al desnudarnos, mis ojos la vistieron de belleza, para siempre.



Y desde ese siempre, Squirrel miraba desde arriba, por encima de las nubes, como si estuviera en un avión que asciende, o que desciende, como se mira un plano con una lupa.

Se había convertido en el hombre liberado por Magritte de sus símbolos, Squirrel estaba dentro y fuera del tiempo de las cebollas, observándolo desde detrás del grueso cristal de la galería de los susurros, empapado en la tormenta que no amaina después que ella le negase los labios, de que un dedo implacable pulsara el interruptor de las emociones, off, ya no, se terminó, señoras y señores no dejen nada en los asientos que vamos a cerrar.

Cierto, la puerta se cerró, con suavidad, sin contraste con el silencio que siguió, ausencia, un paisaje blanco, o negro, el vacío,nada.
Eso.

Nada es seguro excepto el cambio.

Y desde entonces ni Mick Jagger, ni Squirrel, ni yo podemos conseguir Satisfaction.

Aunque aquí estoy, lleno de anzuelos.





2 comentarios :

  1. "nada es seguro, excepto el cambio". De las pocas cosas, que presiden mis días.

    Por eso, con más o menos sabiduría, siempre estamos en el punto de partida y al final al mismo tiempo.

    Los ciclos. Supongo.

    Besos!

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  2. cristal00k, aprieto los puños para que este ciclo de ahora no cambie. ¡que no cambie! Besos.

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