(Ana, gracias)
Hay un chico muy bajito de huesos estirados.
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Hey, pobre, le está contando al del asiento de al lado que le acaban de dejar.
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Y que le ha dicho “no es por ti, es por mí, que no quiero hacerte daño”.
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Ay, que llora.
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Es gay además, joder, está completo.
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Pobre, es que el ex ha pillado una enfermedad y no quiere estar con él para que no sufra.
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Es SIDA, acojonante.
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Pero al bajito no le importa estaría con él igual. Cuanto amor en un cuerpito tan pequeño.
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Ya no habla, pero sigue llorando.
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Ha sido dramático, de verdad…Lo que pasa es que estaba fascinada con la historia y encima en el bus. Estaba hablando por teléfono y he colgado para enterarme mejor.
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Te juro que es real, yo no tengo tanta imaginación.
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Bueno, hasta luego, llego a las 9, ¿vas a ir a esperarme?
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