miércoles, 4 de julio de 2012

El miércoles, donde siempre.



Donde siempre, perfecto.

Donde siempre es un lugar exacto, definido. Donde siempre, es decir donde nunca, ese lugar donde las ilusiones nunca se han cumplido, el lugar donde nada ha ocurrido excepto el paso del tiempo, el cambio de las agujas, el ladrido lejano de perros, la soledad y un sueño obsesivo cada noche, ni siquiera ausencia, ni siquiera añoranza, no se puede añorar aquello que no se ha conocido y sin embargo.

Es decir, palabras.

Medir el amor es una tarea compleja, tanto como definirlo. Esto, aquello * ¿fue amor? Cuando atraviesas al otro lado del puente ya nada tiene sentido, al menos no aquel sentido, ves pasar el río y algo ha muerto, algo flota en el agua, se desliza en la corriente, tumultuosa cuando llueve, ahora hay sequía, se ve el fondo, en las piedras del puente hay un marca, hasta aquí llegó el agua en 199X.

Todo es absurdo, solo la vida pasa, tan rápido.

Claro, el miércoles donde siempre. 



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