Así estoy quedando.
Tres colaboraciones (magníficas, eso sí).
¿Será posible?
Y eso que...
¿Qué puede la poesía?. Releo: Hay un tipo de hablante que vive la relación para con la lengua como goce, es decir, como pérdida, dolor y placer mezclados. Ese tipo es lo que se llama un escritor, más aún, un poeta. Ése escribe forzosamente contra. Contra su propio sometimiento, contra lo que el mundo alrededor de él maquina como fuerzas de avasallamiento, contra la totalidad contractual de la lengua, contra lo que esta fatalidad engendra como fuerza de sumisión a la estupidez del mundo, al sistema idólatra de las representaciones habituales, a la presión de la comunicación vacía. Para ése al que la lengua inquieta hay una necesidad, trabajando la lengua, de resistir a la presión de la misma lengua y de excavar en la lengua muerta...
¿Ni así?
Pues me enfado y no respiro.
Hale.
Anda, queridos escritores, mandarme algo que es mejor pedir que robar.
Os espero con un ramo de flores.
Enviar vuestros textos a:
Por mi parte, como veis, sigo escribiendo
Me alargo en las palabras como quien anda.
ResponderEliminarInfluyen en el rasgo más útil de mi descanso:
la parcela donde seré capaz de reposar
todo cuanto me inquietó.
Pedro, creo que me he perdido muchas entradas y ahora no sé a qué te refieres. ¿Qué tipo de textos pides que te mandemos?
ResponderEliminarEn cuanto al "Hay un tipo de hablante..." me parece magnífico, una parte de mi última entrada habla de eso, del duelo con la palabra, entre otras cosas, pero explicado caóticamente, no con esta precisión. ¿Es tuyo?
Un abrazote.
Bel M. me refiero a que ayer he pedido colaboraciones.
ResponderEliminarCualquier tipo de texto, poesía, prosa, lo que cada uno quiera.
El texto en azul no es mío (no sé de quién es)
Un abrazo. Y gracias,
Tempero, lo dicho
ResponderEliminarTodavía no ha llegado lo tuyo
Hace tiempo que en la esquina de la calle, o bajo los soportales cuando llueve, me encuentro a un músico callejero. Es puntual a su cita, no falla ni un día. Toca durante un tiempo y luego se va.No tiene sombrero a sus pies,no pide nada, ofrece su música a quienes quieren escucharle sólo por el placer de tocar. Yo paso con frecuencia por esa esquina para escucharle porque sus notas me encandilan.
ResponderEliminarUn día, dispone a su alrededor distintos instrumentos e invita a otros músicos a tocar. Y yo, aunque no soy un buen músico, decido unirme a ellos.
No pares -de escribir- sigue, sigue
ResponderEliminarPedro, no se me dan a mí bien esos menesteres que sino no te dejaba yo con.... bueno...en esa situación.
ResponderEliminarUn beso...
Me quedé "glups" cuando te ví por mi blog.
ResponderEliminarLos curiosos engranajes de mi imaginación, me llevan, provocados por apenas unas palabras tuyas "esas rocas de Finisterre que añoro algunos días, cuando llora el atardecer" a volver a oler el mar, a sentir las gotas de espuma humedecer mi piel.
Salvaje océano.
Me gustas.
Besos desde la seca y lejana Madrid.
Las ciudades no me importan tanto, ya sabes porqué.
ResponderEliminarSi querías picarme, lo has conseguido.
ResponderEliminarTu lisonjeo la verdad es que me agrada (aunque soy consciente de que te caigo bien), y quieres textos de quién sea, tanto da que sepa o que no sepa escribir. Además sobre cualquier tema. Y por si fuera poco amplías plazo. Tú si que sabes.
Lo que más me gusta de tu hazaña es que no has ofrecido nada a cambio, ni premio, ni consejo, ni concurso, ni fama, ni dinero, ni ofrenda… y el beso lo mandas por adelantado.
Por eso te admiro tanto amigo mío.
Me siento en deuda.
ResponderEliminarPero el tiempo no me es favorable.
Seguiré intentándolo.
Abrazos.