Hay que imaginar a Sísifo dichoso.
(Camus).
Quiere atarme a su cama,
absolverme de la escarcha
de otros brazos.
Me mide sin medida
y no lo sabe.
Inundado el recuerdo,
he tapiado mi mañana.
Incansable busco
debajo de las piedras.
Sé que no hay nada.
Sísifo vive en París.
Es precioso.
ResponderEliminarAbrazo.
Paso y la foto es de Rayuela.
ResponderEliminarY luego Camus recomendando imaginar a Sísifo dichoso.
Pero caigo en el poema y no remonto:
"absolverme de la escarcha
de otros brazos..."
Cuando se busca siempre hay algo.
Hasta debajo de las piedras.
Abrazos.
Gracias Luzamarga
ResponderEliminarDos abrazos.
De eso se trata ybris, de encontrar.
ResponderEliminarAunque a veces es fatigoso
Abrazos
Debajo de las piedras, si te fijas bien, hay también vida, minúscula y maravillosa.
ResponderEliminarAunque tanta búsqueda, estoy de acuerdo, es muy cansado. Es mejor esperar (dicen). Hay que intentarlo.
Besos
Siempre es mejor encontrar que buscar. Siempre se encuentra... todo esta donde menos se espera. Y está!!!
ResponderEliminar...he tapiado mi mañana...
A pesar de todo, es increible que se puedan experimentar esas emociones tan abismales. Y sentirlas?
Un beso.
Acatamos nuestro castigo, seguimos las reglas de la culpa como establece el dominio ancestral. Es más fácil sufrir la angustia del “no debes” que la pena del rechazo por no seguirlas.
ResponderEliminarPrecioso y triste este vivir tuyo (el texto, sé que tu vida es plena y dichosa, dices).
Un abrazo.
Cuidado! debajo de las piedras puedes encontrarte un escorpión. Y sabes que mueren picando.
ResponderEliminarQue tengas buen día.
Un beso.
Por ello le llaman ciudad de la luz... Siempre puedes ir y hacer una vísita a Sísifo o bien conformarte con verle al anochecer sumegirse en las aguas.
ResponderEliminarEn qué quedamos a -escena, ¿busco o encuentro?.
ResponderEliminarY me fijo, sí, bastante, en todo lo que se mueve.
Incluso en lo que no. Ahí vamos Besos
LOBITO
ResponderEliminarEmoción: 1. f. Alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática.
2. f. Interés expectante con que se participa en algo que está ocurriendo.
abismal1.:1. m. Cada uno de los clavos con que se fijaba en el asta el hierro de la lanza.
abismal2.:1. adj. Perteneciente o relativo al abismo.
2. adj. Muy profundo, insondable, incomprensible.
Las siento. Desde el momento en que las escribo, sí, las siento.
O las he sentido.
También está el oficio. Y la técnica.
Y, sobre todo, el trabajo
Un beso.
Cuando quieras lo hablamos gaia07.
ResponderEliminarMi vida es la que viste.
Un abrazo.
No te preocupes Arantza G., seguro que si me pica se muere el escorpión.
ResponderEliminarEstoy teniendo un buen día, muchas gracias.
Te deseo lo mismo para lo que queda.
Un beso.
Veamos, ana p., como muy bien sabes
ResponderEliminarEn el infierno Sísifo fue obligado a empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio (La Odisea, xi. 593). El motivo de este castigo no es mencionado por Homero, y resulta oscuro (algunos sugieren que es un castigo irónico de parte de Minos: Sísifo no quería morir y nunca morirá pero a cambio de un alto precio y no descansará en paz hasta pagarlo). Según algunos, había revelado los designios de los dioses a los mortales. De acuerdo con otros, se debió a su hábito de atacar y asesinar viajeros. También se dice aun después de viejo y ciego seguiría con su castigo. Este asunto fue un tópico frecuente en los escritores antiguos, y fue representado por el pintor Polignoto en sus frescos de Lesche en Delfos (Pausanias x. 31).
Pero si también se sumergía (¿en el Sena?) pues nada, iré a verle.
Saludos bajo la lluvia que no cesa.
Hay días que imagino un Sísifo feliz, como Camus, y otros en los que su destino me parece tan absurdo e inane que ni con ganas me lo trago.
ResponderEliminarPor eso mejor que viva en París, así no puedo verle y ojos que no ven...
Besos en versos.
Debajo de las piedras se halla el centro de la tierra, por eso la de Sísifo rueda y siempre cae del otro lado, quiere que la dejen en paz, pero Sísifo es un ser humano y no conoce ni la paz ni el centro de la tierra.
ResponderEliminarCamus tampoco, seguramente todavía conduce su automóvil.
Saludos.
Pues...¡Siempre nos quedará Sísifo!
ResponderEliminarLa versión de Sísifo masoquista... como que no me cuadra.
El poema, me gusta, mucho.
un abrazo, maestro
Pues no, hacía referencia a su uso por Hesíodo como personificación del sol... pero bueno... gracias por la labor didáctica
ResponderEliminarMargot, ¿te queda tiempo para imaginarte a Sísifo? ¡qué suerte!
ResponderEliminarTe compro minutos.
Anda, o mándame dos cuartos de hora, andaaaaaa.
París tiene mucha influencia en lo que escribo (y a mi qué me cuentas, pensarás)
Pues eso.
Besos.
El peletero, gracias.
ResponderEliminarSísifo estaba hecho una buena pieza.
Camus murió el 4 de enero de 1960, en un accidente de coche cerca de Le Petit-Villeblevin, lo cual para muchos resulta una muerte irónica, pues él, días antes de su accidente había dicho "No conozco nada más idiota que morir en un accidente de automóvil".
Saludos.
De cenizas, pues me alegra que te guste el poema, ya ves.
ResponderEliminarMuchas gracias, fotógrafo.
un abrazo
Me abrumas ana p..
ResponderEliminarClaro, dejas un comentario tan elevado que ni saltando llego.
Gracias a ti.
Muchas.