Llegan trenes, autobuses,
furia, ella no llega.
En andenes fríos, puertas,
sé que no saldrá pero espero.
Cuando ni siquiera sabía
como hablaba, si me veía,
me aposté en esquinas,
bajo árboles, en laberintos.
Tardes mirando a lo lejos,
a su ausencia, horas.
Sabía que no llegaría,
no allí, no entonces.
Pero seguía,
vigía de su horizonte,
enfermo sanando por
el milagro de verla.
No la amo, no a ella,
amo la espera, que no venga.
El nerviosismo cuando
miro el reloj y no aparece.
Me he acostumbrado
a que no llegue, que no esté.
Sigo. Esperando.
¿A ella?
Puede sonar extraño, pero he sentido ese retazo , el de la espera, con placer y aveces más que la llegada.
ResponderEliminarMirando el reloj, retocandome el pelo con los dedos, buscando de reojo si la figura esperada llega.
Y cuando (a veces) llega, quiero que ya termine.
El silencio me invade y
ResponderEliminarbrotan de mi alma
..."hilos de silabas que no consuelan.
La vida es injusta-se repite-,
los tiempos inadecuados
La suma resta
Y tu? Tu sigues ahí
Alimentándome".
Eso dice ella, cuándo una vez más sabe que no se bajará de ese tren que tu esperas.
Precioso Pedro (mío).
No son horas lo sé. Pero,
es que no tenía sueño.
Muchos besos,
;)
La conocemos todos...echar de menos más las sensación de intensidad que al generador...
ResponderEliminarB x C
Ummm,precioso...
ResponderEliminarMe gusta la espera pero querido Penélope, me gusta aún más cuando llegan.
Lo sé, soy muy básica... cachis!!
Besossss de domingo con coletas!
Yo también sigo esperando...
ResponderEliminarA él??
besos de chocolate
Pues yo no, Luna Agua, cuando llega (a veces llega) es una fiesta.
ResponderEliminarY no quiero que se acabe.
Besos.
Coblenza, 03, 43H, ya te vale, en vez de dormir, o, o.
ResponderEliminarPero bueno, comprendo tu insomnio, pecas mucho y los remordimientos consumen tu vigilia. O así.
Besos, belleza, ojos bonitos, y el resto.
Viuda de Tantamount, generador me suena a alternador, a maquinaria, a nada romántico, a instrumento, a no me apunto.
ResponderEliminarEsperaba, venía (o no), y ahí empezaba el cielo.
A pesar de lo que escribo.
Margot, preciosa tú.
ResponderEliminarNo te imaginas las veces que he esperado en aquella esquina.
A veces venía.
palabras de chocolate, tu página tiene tal temperatura que se me han derretido las pupilas. Pues vaya.
ResponderEliminarBesos con churros.
ohhh!!!
ResponderEliminarEso de pecar de dónde te lo sacas???
Si yo soy muy buena.
A buen tajo te has venido a arrimar, que me digo -si pienso en tí precisamente-.
ahí queda eso.
(A ver que me respondes)
Estuve bien sostenida a esas horas, porque me detuve en leerte.
A comprenderte. La compresión del texto es mi asignatura pendiente. Parece que voy bien fíjate.
Dime ¿cuántas horas duermes tú?
Eso, que tu post -éste- me encantó.
(cómo todos los que leo y comprendo)
Tu respuesta no es lógica desde ese punto de vista.
Porque eres muy bueno, tan bueno, que siempre supe que los demás han de estar a la altura -no a tu altura-.
Por cierto,
en mi casa tienes la llave ¿Cómo no entras?
Te estimo Pedro.
(desde años, pero igual no lo sabes).
;P
Es un recurso de estilo, Coblenza, es decir por decir, abrumado por tu mirada, un balbuceo, hablar por no callar, nervioso, me miras y me estremezco, que sé que eres la pureza, un lirio en la noche, un zorzal en la rama, un privilegio sobre una bandeja con un pálido paño con puntillas, un suspiro en esa madrugada en la que te intuyo en mi sueño y tus ojos parece que se deslizan por mi espalda, como dedos que no, como hormigas, como animales sin nombre y forma, sombras, líquido, fortuna de conocernos hace tanto tiempo, y tiempo es solo una forma de decir afecto, atracción, respeto, deseos de mirarnos un día, en vivo, y callarnos, todo dicho en la mirada, todo dicho en ese silencio, todo dicho en un abrazo con tanta ternura que se detiene el día solo puedo decir que sí, reina de los mares andaluces, que te quiero.
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