domingo, 15 de junio de 2025

Parker escribe en una pared.

 

Photography by Tzion ‘Zio’ Essel

Parker quiere escribir ahora que los laberintos del conocimiento parece que están iluminados. Hay un farol en cada esquina, el tiempo es un sol quieto, un Ícaro respetuoso repliega sus alas, el aguijón de la noche siembra las calles de insomnio, a lo lejos se escucha música, chirridos de máquinas, teléfonos, llanto. Un incendio de miedo ha consumido la retama, ha asfixiado a los pájaros, hay un silencio en el valle, hay una lluvia de cuervos, las flores del mal crecen entre las piedras de la torre rota. Quizás no sea culpa de nadie pero Parker sabe que lo que cuenta está incompleto, falta miel, mejillas, el roce de dos cuerpos, sabe que así no hay quién le entienda, es la propia ignorancia que trepa sobre lo ya dicho. La huella de los peces se pierde en un océano de voces.

5 comentarios :

  1. Sí que se le entiende , te lo dije , es sabio y además, esas farolas q se le encienden en cada esquina

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  2. Vaaaya ...se me ha deslizado como esos peces del final jaja ...Te decía q luz de las farolas q se le encienden, producen el efecto de reflectores por sus ojos hacia fuera como los faros de un coche, gracias a lo.cual vemos aquí todo lo q tú cultivas dentro de él; ) Otro beso y buenas noches!.

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  3. Lo difícil de escribir es darse a entender por completo a los demás. Siempre algo queda por fuera, lo queramos así o no.

    Saludos,
    J.

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  4. María hay que tener mucho cuidado con las farolas y mucho más con los faroleros, un suponer, que vas tan tranquilo/a por tu camino, iluminado/a y se apagan las farolas, que es un choc (que dicen en la tele), que pueda ser, es, que no sepas bien si vas o si vienes, ese punto intermedio del camino que incluso es posible que ya hayas llegado y tú sigues ahí, caminando en las tinieblas, ensimismado en la añoranza de las farolas o de aquel farolero/a tan guapo/a que no me extraña, hay luces que te dejan el interior (de ti mismo/a) como un plató de televisión autonómica.
    Y 2 (lo de los faros del coche), cuando volvíamos de noche de Medina a Chiclana, muchas veces nos hemos encontrado con el típico conejo desorientado, deslumbrado por los potentes focos de mi coche ultramoderno que una vez casi caigo (mi coche, mi familia y yo mismo) por un terraplén por evitar la colisión con el pobre animal que posiblemente también tuviera familia conejil y eso está muy feo porque todos los seres vivos tenemos derecho a eso, a vivir, sin que te atropelle un dominguero cualquiera y está lo de las esquelas, que no las puedes poner en cualquier esquina, que tienes que poner una foto del conejo cuando era joven y no es cosa.
    Etcétera.
    Muchas gracias.

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  5. José A. García disculpe usted que hable de uno, de mí. Uno lee mucho, siempre ha leído mucho, desde que aprendí (a leer). Tanto leer uno aprende a distinguir qué es escribir bien (o que le guste a uno, vaya) y que es escribir de aliño o por afición o por necesidad de hacer algo de provecho (también te puedes dedicar a la agricultura y comerás buenos tomates o chirimoyas o lo que produzca la tierra). Eso, que definir qué es escribir y cómo se debe hacer no entra en mis capacidades, que bastante tengo con cuidar este jardín cada día que mira como tengo las azaleas literarias (y el rosal poético, da gusto verlo). Me lo tomo muy en serio (escribir), tanto que vengo cada día, pero porque leo mucho, sé (y eso me hace que me sienta libre, el único premio que recibo me lo doy yo mismo y todos tan contentos)
    Saludos,

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