Harold Tomlin. Feeding the gulls. 1935
Parker sabe de las palabras
inútiles, que una página que no baila, que no te seduce, que no se queda
colgada en tu hombro como un mono titiritero no sirve para nada. Sabe que si tú
no estás, si no dices, no sirve para otra cosa que para subirse al monte y
gritar, ahora que nadie le oye, que esto ya lo ha dicho, ya lo ha dicho, ya
lo has dicho, ya lo ha dicho, o así, cantinela del paso
del tiempo sin encontrar un poema que te rompa el alma, un texto que se quede
trabado entre las costillas y el hígado, una frase cosida a la lengua, un
temblor que no te abandone desde que salga el sol hasta que cierren el portal y
ya no hay serenos. Va. Parker.
Sospecho que Parker sigue buscando la frase que lo mate, la palabra que lo explique todo, y así son sus días, un lento acumular de palabras que nunca logran explicarse...
ResponderEliminarBeauséant , ¿tú crees?
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