jueves, 24 de abril de 2025

La explicación sobre Abdoulaye E.

 


“Las redes sociales”, blogs, FB, X, eso, son una reunión de ombligos. Todos, de mayor o menor diámetro, tenemos uno. Como el gusto. El gusto es mío. A quién no le gusta la poesía china, la música, la caligrafía, le gusta su perro, su gato e incluso, a veces, su pareja. Más de dos no es pareja es multitud. La cuestión es dejar aquí un yo con Photoshop, con figura de atleta, mejillas afiladas y esa mirada entre turbia y seductora. Es decir No, es decir maquillar el bostezo, matizar lo que puede ser aunque no sea. Muy bueno lo tuyo, cari. Muchos se preguntan qué hacen aquí y van y vienen con inconstante constancia, una contradicción, un lio, un a mí qué cuentas, pero vuelven. A lo que iba/íbamos,  Abdoulaye E es el producto de una afición, inventar otro que cargue con las culpas, con lo soñado, con las mentiras, con alguna verdad que otra, con pasaba por aquí y ya que estamos se lo cuento. Total, que usted no es de estas cosas y eso está bien, o mal, o algo, lo del ombligo, su diámetro, que el suyo es diametralmente opuesto al mío y así pasa lo que pasa, que usted canta y no le escucho, que yo escribo y usted no lee. Nada que no ocurra en el mundo real, que ni dios dice ya buenos días, ni pase usted buen hombre, nada, cada uno a lo suyo, que no es lo nuestro. Con Abdoulaye E  intento una ingenua poesía, solo eso, qué cosas, con la que está cayendo, el frío, el invierno, poesía de los pobres de expresión, otro Parker, esto es lo que doy, hasta aquí llegó la riada del 83, antes, ¿a quién se le ocurre? Lo decía no sé quién: “escribo porque me quiero”.      

4 comentarios :

  1. Amigo Pedro, en efecto, las redes sociales son una forma de idealización del ombligo, esa marca que nos recuerda el vínculo maternal. Es la cicatriz del primer desastre anatómico. En todo caso, es el pellizco, más o menos preciso, de una comadrona.
    Sin embargo y a pesar de su insignificancia, hay quien busca en su ombligo un punto trascendental y concluye que su cicatriz es el centro del universo, el ombelico del mondo, el punto donde Dios apoyó el pincho del compás para trazar la circunferencia del planeta.
    Otros, aficionados a la mitología, se preguntan dónde tienen el ombligo los centauros, si en la parte humana o si en la parte caballar. Muchas preguntas y muchas reflexiones ha suscitado este botoncito. Creo que un autor bávaro asegura que los ángeles no tienen ombligo, pues siendo de naturaleza divina, no han nacido de madre y por lo tanto no hay pellizco de comadrona.  Aunque Durero se lo pintó, yo creo que tampoco debían tener ombligo Adán y Eva.
    El ombligo ha sido la inspiración de muchos artistas. Observan su protuberancia y redondez y crean una obra de arte. Es un punto que atrae la atracción de los engreídos.
    El ombligo es el centro de gravedad del cuerpo humano, se entiende de un cuerpo bien proporcionado. Es considerado, pues, el punto apolíneo de la sección áurea del cuerpo humano.
    Le Corbusier desarrolló las escalas de su “Modulor” a partir del ombligo de un hombre con el brazo en alto que él había dibujado.
    También Leonardo da Vinci había dibujado el “hombre de Vitrubio”, esta imagen mil veces representada en la que podemos ver un sistema de proporciones que parte del ombligo.
    En ambos casos, Le Corbusier y Da Vinci, toman el ombligo como referencia o punto de partida. No son actos de autocontemplación, ni siquiera de manierismo, pero sí de reflexión estética.  
    Saludos.

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  2. Francesc Cornadó muy agradecido por este comentario que es un compendio de sabiduría y generosidad.
    (Con tu permiso lo he compartido en mi muro de FB para presumir de comentarios extraordinarios)
    Saludos.

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  3. Tienes razón, absolutamente maravilloso este comentario de FRANCESC, nunca un ombligo dio tanto de si entre dos cerebros tan inmenso como los vuestros ...a lo mejor vuestros ombligos sí q fue a partir de los cuales Dios creo el resto de los mortales y ya salimos bastante más defectuosos : )

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  4. María , reina, ¿estás insinuando algún tipo de relación qué sé yo entre ombligos catalán y vasco? Uno es muy suyo para según qué tipo de relaciones, un clásico, vaya, que puedo definirte mi tipo ideal aprovechando que mi señora no me lee (por fortuna, para ella) pero tampoco es cosa porque seguro que te lo imaginas.
    El comentario de Francesces de primera categoría. Es muy generoso.

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