Beauséant, yo empiezo a odiar antes de tomar ninguna cucharada. Es lo que tiene ser malo que a la primera mirada ya sabes por donde van los tiros. Grrr. A que no te lo has creído Pues claro. Creo que no odio a nadie. Manía si que tengo a alguno. Pero prefiero querer a la gente. Eso.
No, no lo había creído ni por un instante :) en mi caso siempre ando dando segundas oportunidades, a todo el mundo menos al que veo cada día al otro lado del espejo.
Beauséant, en mi caso solo no doy oportunidades a tres personas, ni por casualidad. Es más, ni les miro al pasar si algún día nos cruzamos por la calle. No es rencor es indiferencia, les aprecié demasiado. Segundas oportunidades tampoco doy porque con la primera ya están admitidos, todos tenemos lo nuestro, hay que ser amigable. Saludos.
¡Llegar hasta el final, terrible!, ¡Uf, qué paciencia tenemos que soportar los lectores!
ResponderEliminarSalud
a veces debes tomarte hasta la última cucharada de algo para descubrir que no te gustaba, odio por agotamiento lo llaman ;)
ResponderEliminarFrancesc Cornadó, pues con algunos escritores, sí. Por eso últimamente con algunos libros no paso de la quinta página.
ResponderEliminarSalud
Beauséant, yo empiezo a odiar antes de tomar ninguna cucharada. Es lo que tiene ser malo que a la primera mirada ya sabes por donde van los tiros. Grrr.
ResponderEliminarA que no te lo has creído
Pues claro.
Creo que no odio a nadie. Manía si que tengo a alguno. Pero prefiero querer a la gente.
Eso.
No, no lo había creído ni por un instante :) en mi caso siempre ando dando segundas oportunidades, a todo el mundo menos al que veo cada día al otro lado del espejo.
ResponderEliminarBeauséant, en mi caso solo no doy oportunidades a tres personas, ni por casualidad. Es más, ni les miro al pasar si algún día nos cruzamos por la calle. No es rencor es indiferencia, les aprecié demasiado.
ResponderEliminarSegundas oportunidades tampoco doy porque con la primera ya están admitidos, todos tenemos lo nuestro, hay que ser amigable.
Saludos.