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Nos queda la delicadeza del albañil levantando el muro y las líneas secretas, la jerarquía de los convictos, la aldaba con tres toques y repique, todo es lo vivido, todo es el ayer, todo es tanto y la náusea, lo que no existe es lo que vivo y digo, nada, dije.
Nos queda el retranqueo de dos ventanitas hundidas sobre una pared que la delicadeza de tus letras y tu albañil habéis construido sobre un muro de líneas secretas que a los tres toques y repique de aldaba, abre la jerarquía de los convictos y la nausea de sus condenas de ayer, pero que hoy.. ¡ya no existen porque les han amnistiado a todos! ; ) siempre dices muchísimo, un beso y buen finde!
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ResponderEliminarMaría, cada vez nos va quedando menos, no hay remedio, pero hay que resistir. Me amnistío a mí mismo y me voy a la cama, en el Sur los días son largos y uno tiene una edad, ea. Besos.