Olivié Keck (South African, b. 1989)
Aún no te he contado
que ella era la ausencia,
mi calabozo, mi cadena,
nunca estaba,
caían voces y rocío.
Ella era la espera.
No te he contado
que era la perpetua ausente,
que la vestí de rumores
y vivos sueños,
de almendras amargas,
de fuentes hambrientas.
Ahora apareces tú
- cubro su recuerdo
con un paño morado-
contando secretos
imposibles
de tiempos imposibles.
Tendido en la hierba
sobre el cuerpo de la realidad,
se me escapa
una angustia antigua
de cenizas y espinas.
Vuelvo a creer en la vida.
Mientras la haya, nunca hay que dejar de creer en la vida.
ResponderEliminarA veces, la ausencia y la espera, son las que dan verdadera presencia y entidad a la existencia de alguien. Nunca sabes lo que aprecias la presencia de alguien, hasta que añoras su ausencia, pero… ni hay mal que cien años dure, ni existe roto, que no disimule un descosido ; )
Me ha gustado mucho lo que aun no me has contado jaja Un beso!
Me gusta la pintura.
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarMaría , es que cuando no la haya…pues eso, muerto el burro la cebada por el rabo. Verás, en teoría, en mi ahora, tendrían que añorarme algunas personas pero estoy en una punta del mapa y parece que no estoy en ninguna parte ¿Será que ya no me quieren? Voy a tener que volver.
ResponderEliminarvizcayado a mí me gusta mucho el arroz con leche. Mira, en Mercadona venden uno muy rico, y barato, algunos dicen que tiene mucho azúcar, no sé, a mi me gusta. En Ruiloba, cerca de Comillas, también lo he comido delicioso, asī, quemadito, original. Mi madre también lo bordaba, es el que más me ha gustado siempre, ya sabes los sabores de infancia y etcétera. Como te digo una cosa te digo la otra, hay sitios en Bilbao que no tienen ni idea de prepararlo, o los queda soso o aguado o sin gracia. Me gusta el arroz con leche. Gracias.