La distancia, depende sobre todo, de lo cansado que estés: ) Para no insistir, eres muy insistente.. Supongo que porque te duele mucho la muerte de ese sueño, aunque a lo mejor no es así. Además, existen los milagros.. a lo mejor, si le dices..¡levántate Lázaro!.. Un beso!
María, hay gente que se cansa pronto, a veces por marcar distancias, yo qué sé, gente sin paciencia excepto ante el espejo, ahí si que hay distancia, recuerda a Alicia, recuerda a los que se fueron y no volvieron por lo de la química, que por eso ponen vallas en los sembrados, que vienen de noche y se llevan las lechugas y eso duele, a Lázaro también le duele, que no está el hombre para duelos dialécticos ni para florituras de tamaño, aúpa. Esto mío es sencillo, visto lo visto, cultivo este jardín solo para mí, no entro en concursos ni en muy bueno lo tuyo, tío, ni en yo más, ni menos, ni ná, esto es pura sencillez y amabilidad. Con el tiempo y esa distancia de la que hablábamos uno se vuelve huraño, cierto, un Robinson, un anacoreta, un sin fuste, uno que espera anhelante el cuervo que trae un pan en su pico amarillo (o negro) pero bastantes problemas hay en el mundo real como para amargarte en esta ficción del blog. María, se me ha ido el santo al cielo, disculpa, debe ser por la distancia. Besos.
La distancia, depende sobre todo, de lo cansado que estés: )
ResponderEliminarPara no insistir, eres muy insistente.. Supongo que porque te duele mucho la muerte de ese sueño, aunque a lo mejor no es así. Además, existen los milagros.. a lo mejor, si le dices..¡levántate Lázaro!..
Un beso!
María, hay gente que se cansa pronto, a veces por marcar distancias, yo qué sé, gente sin paciencia excepto ante el espejo, ahí si que hay distancia, recuerda a Alicia, recuerda a los que se fueron y no volvieron por lo de la química, que por eso ponen vallas en los sembrados, que vienen de noche y se llevan las lechugas y eso duele, a Lázaro también le duele, que no está el hombre para duelos dialécticos ni para florituras de tamaño, aúpa. Esto mío es sencillo, visto lo visto, cultivo este jardín solo para mí, no entro en concursos ni en muy bueno lo tuyo, tío, ni en yo más, ni menos, ni ná, esto es pura sencillez y amabilidad. Con el tiempo y esa distancia de la que hablábamos uno se vuelve huraño, cierto, un Robinson, un anacoreta, un sin fuste, uno que espera anhelante el cuervo que trae un pan en su pico amarillo (o negro) pero bastantes problemas hay en el mundo real como para amargarte en esta ficción del blog.
ResponderEliminarMaría, se me ha ido el santo al cielo, disculpa, debe ser por la distancia.
Besos.