Enki Bilal
Viajamos.
Al regreso, un día, no sé cuál, cuándo, por qué, te acostaste en el borde de ti misma, sujetaste el cuerpo insumiso y tatuaste la tiranía de los preceptos sobre tu piel austera.
Llevabas ceniza en los cabellos.
No supe si aquello era un desprecio, miedo, pureza o una espera del sí en la arteria de ser otros.
Ahora, otra vez te has vencido.
Siempre te derrotas.
nuestros peores enemigos siempre se encuentran al lado del espejo...
ResponderEliminarBeauséant, si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él.
ResponderEliminar