Nada de lo que diga podrá ser utilizado en mi contra, un clavel entre los dientes, la luz disolviéndose en el patio, los sauces en silencio, este extraño sol de enero, un te quiero en el vaho sobre el espejo del cuarto de baño, escribiendo al azar para despertar en un sueño con jazmines, los ojos de Marie, mirándome (si ella supiera).
SEguro que lo sabe.
ResponderEliminarTracy, pues tengo un problema...
ResponderEliminarSon tantas cosas que hacemos y pensamos por determinadas personas que nunca lo sabrán, pero para eso está la escritura.
ResponderEliminarAbrazos Pedro
Tatiana Aguilera , una cosa te digo, donde esté la palabra que se quite la escritura. Que recibes una carta con un “te quiero”, bien, vale, que ilusión, me quiere. Pero. Viene él/ella, se acerca despacio, sonríe, te toma las manos, mirándote a los ojos dice “te quiero” y ahí mismo explota el mundo con todos sus habitantes (excepto tú y él o ella). Abrazo sin palabras.
ResponderEliminar