jueves, 30 de marzo de 2023

Du Maurier

Du Maurier

En la sala de espera. Comparto sillas con un maníaco depresivo, conmigo mismo (que soy, dicen, neurótico obsesivo), con una artista alterada, con un ciego que ve insectos de largas antenas negras. Mi espera, lo he sabido después, no era su espera, superados ya los electrodos en la frente, las duchas con agua fría, las inyecciones de sentido común, métodos arcaicos pero eficaces, curas a lo allá que te va, el que espera desespera, allí coincidíamos, solo eso.

Lo que intentaba, y aún intento, entender mientras camino de puntillas por la línea amarilla, es si el amor se mezcla con el sexo o es su consecuencia, si hay que pagar el peaje educacional, si es su carencia la que sublima el amor, si la atracción enamora, si a buen hambre no hay pan duro, si hoy por ti mañana por mí, es decir, que no entiendo nada y así queda la cosa, todo un lío. Sigo en la sala de espera.


¿Martínez?

Servidor.

Pase.

2 comentarios :

  1. Por si te sive de consuelo, los que no esperamos en lugares como el que describes - vaya surtido de personalidades- todos, más menos, estamos en lo mismo, aunque para mi, si no hay amor, no hay sexo y por mucha hambre que haya no vale cualquier pan, ni duro, ni blando, ni blanco, ni integral...

    Gracias por dejarme tu tarjeta de visitas ; )

    PD
    Meencantan las ilustraciones que usas

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  2. María estoy a 1.000 kms (exactos) de dónde suelo y por diferentes circunstancias (casi todas buenas) no puedo escribir como acostumbro ( las costumbres están para romperlas) pero lo intentaré. Mi respeto para los que esperan en esos lugares, mi espera era de otro tipo pero es demasiado largo incluso para resumirlo. Y dos, cuando hay mucho sexo (me refiero a con la misma persona) motivado por una atracción màs allá de toda lógica, pactada, “esto es solo esto” llega un punto en el que…¿qué? Pero esa también es una larga (larguísima) historia en la que se mezclan amores prohibidos, etcétera y en las que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia porque servidor de usted aspira solo a escribir la nieve desde un incendio y la soledad desde esta aglomeración en la que me encuentro. Muchísimas gracias por volver.

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Gracias por venir

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