sábado, 2 de octubre de 2021

Que llueva.

 


Abro las manos de la duda y entre los dedos se me escapa la alegría como una miedosa mariposa amarilla. Estoy removido por dentro, muy dentro, por un afilado y laborioso tenedor de sentimientos alborotados. Borbotean mis entrañas y no entiendo nada. Solo siento – en todos los sentidos, es decir, de norte a sur- todo, lo que hice, lo que no, lo que me queda por hacer, aquello de lo que me abstengo por seguir siendo el que debo ser, el que se espera que sea.

Y si tiene que llover, que llueva.

2 comentarios :

  1. Dejar de ser quien los demás esperan que seamos es bastante sanador(creo)
    y dejar que llueva tambien..
    No siempre se puede tener el control de todo..
    Hermoso texto Pedro!!! Me gustaaaaaaa
    Que tengas un excelente inicio de mes!!
    Se que todo es ficcion pero igual comento jajajajajja

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  2. eli mendez hablando de llover, después de un sábado de viento sur y altas temperaturas el otoño ha empezado a enseñar su cara poco amable y llueve, ha llovido mucho toda la noche, el agua me llega al cuello, estoy escribiendo con dificultad sacando la mano derecha de las profundidades, se me está mojando el papel, el teclado y la vesícula biliar, paro un poco y luego sigo, cuando escampe, nada es ficción, todo ocurre, hay que esperar cuando, yo qué sé.

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