“Estamos decidiendo si el lenguaje está vivo o es algo
inanimado, no empático”, dice Clyo Mendoza, y
gira: “Lo que más me preocupa es si los ancianos se dejan de preocupar por
contar porque ya nadie les escucha. ¿Qué nos va a pasar cuando nos dejen de
contar cosas?”.
Debéis hacer caso a Clyo.
Yo me estoy despreocupando.
Ayyyy...que triste y que cierto.
ResponderEliminaraunque creo que hemos perdido la capacidad de escuchar y de interpretar no solamente a los ancianos..