No
estoy down, no, no creas la mano aletargada sobre el candil, ni la luz que ilumina los mechones del silencio.
Escucha al extranjero que maldice entre dientes de plata y ventanas cerradas a
la flor del tiempo.
Cierto, no debo suponer sentimientos amorosos allí donde solo hay educación, cortesía y un cuchillo al final de esa mano que llevaba el candil, que iluminaba el silencio, que aún palpa los intersticios de la distancia. Solo me queda ya rebuscar en la estela del recuerdo y pegar en la pared todas las cosas que de ella me hicieron feliz.
Un diván urgente!!!
ResponderEliminarAlgo pasa siempre con el tema de los cuchillos..
Y debo decir que me encantaron esos mechones de silencio ...y TODO... Besosssss anochecidos Pedro
eli mendez intentr la poesía tiene eso, que te cortas, que te manchas, que puedes decir agua y el que lee entiende vino, yo qué sé (y a este paso puede que no sepa nunca). Besarte sí que sé, mira ¡Beso!
ResponderEliminar