sábado, 13 de febrero de 2021

Alberto Corazón Climent

 


Caminamos por la galería y algo nos atrae. De entre todo lo que nos rodea, el barrido de nuestra mirada selecciona la sospecha de un primer contacto. Deambulamos por las salas con gestos ambiguos, como si debiéramos mantener un margen de desconfianza inevitable, hasta que el impulso de aproximación hacia una obra concreta se va haciendo más fuerte. El silencio típico de la galería o del museo en las salas no es una señal de respeto sino de soledad. La aproximación a las obras es un asunto íntimo. A nadie extraña, por tanto, el comportamiento aparentemente errático de los demás. Son ritmos de aproximación, desconfiados, que están previendo también el desencuentro. 

- Alberto Corazón Climent (Madrid, 21 de enero de 1942-Ibidem., 10 de febrero de 2021), El mapa no es el territorio, 1997. Publicado por Fundación César Manrique

2 comentarios :

  1. Todo eso sucede en un museo, pero el silencio va mucho más allá.
    Está en las tardes eternas, en las madrugadas por sorpresa, cuando el sueño huye asustado.
    El silencio, a veces buscado, cuando se encuentra sin desearlo es un monstruo con dos cabezas, la propia y la suya.
    Beso de tarde ya oscura.

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  2. Hay espacios en donde pareciera que buscamos una parte nuestra no visible que quizás ni sabemos que existe y la descubrimos cuando establecemos ese nexo con la obra. Abrazo grande de domingo

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