viernes, 21 de agosto de 2020

El rugido del mar.

 



Parker ahogó el ruiseñor de la época alegre, cantos que se posaban en la rutina de dos cuerpos enlazados, desenlazados, embriagados y por fin atentos al aviso de la monotonía, hombres oscuros golpeando ramas, mujeres desafiando el miedo con albórbolas detrás de sus bocas ocultas. Por las noches estudiaba el canto de las gaviotas insomnes, cerca rugía el mar.

2 comentarios :

  1. Poco a poco nos vamos quedando sin pájaros que nos canten y sólo quedan silencios atronadores...

    Besos callados

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  2. A do outro lado da xanela , se comen los gorriones, se los comen, tú ves, como Gargantúas no ornitólogos, como feroces devoradores de la pureza, ñam ñam sin importarles lo del equilibrio, los insectos, la capa de ozono, que va, solo la gastronomía, cuanto daño ha hecho/hace Arguiñano, tanta receta y tanta hostia, mas lacón con grelos, empanadas de espinacas (muy ricas en una panadería en Cee, con queso, humm) y caldeirada acompañada de buen ribeiro (esto al gusto). Eso, que el gusto es mío. Besos (un momento que me quite las plumas de la boca)

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