Ginza, Tokyo Urban Light series
Entonces todo estaba
prohibido. De haberlo sabido no hubiera escrito la novela de mi vida
en un estilo breve, con planteamiento, nudo y desenlace, en Georgia del
doce, con justificaciones a pie de página, esto es así, esto fue por esto,
explicar que entre la teoría y la práctica estaban muchos años vestido con
traje azul y corbatas sobrias, sin
concesiones a modas italianas.
Ahora, alabados sean los
directivos de Newcastle y sus santas madres, Brooklyn no es un territorio
de ficción, Ocosingo tampoco, ni siquiera Hío, los días están perfumados,
cercanos al realismo mágico, a la anarquía, lo contrario a algo matemático como
que dos y dos son cuatro y a usted nunca le toca el premio.
A mí, qué suerte, de momento
me ha tocado, sigo vivo.
Les aviso si eso.
Suerte la mía, la de seguir leyéndote.
ResponderEliminarY un día más para contarlo.
Y un beso sin por qués.