La belleza de nuestra vida reside en su fragilidad. Las Parcas nos vigilan, impacientes en su eternidad. Envidian esos ríos turbulentos en que nos bañamos de jóvenes, A veces cortan el hilo cuando más desesperadamente amamos la vida, mientras viaja nuestra mano sobre esa espalda blanca y curva. Bebamos, pues, con Cadafis, el vino fuerte y desgarremos el velo que cubre nuestro rostro. Porque no sabemos el día, es mejor, mucho mejor, vivir de noche y dormir de día. (Del libro de las memorias pérdidas.)
Frodo de Cretacan, tienes toda la razón. . “Corta y triste es nuestra vida, y no hay remedio cuando llega el fin del hombre, ni se sabe que nadie haya escapado del hades. Por acaso hemos venido a la existencia, y después de esta vida seremos como si no hubiésemos sido: porque humo es nuestro aliento, y el pensamiento una centella del latido de nuestro corazón. Extinguido este, el cuerpo se vuelve ceniza, y el espíritu se disipa como tenue aire. Nuestro nombre caerá en el olvido con el tiempo, y nadie tendrá memoria de nuestras obras, y pasará nuestra vida como rastro de nube, y se disipará como niebla herida por los rayos del sol que a su calor se desvanece. Pues el paso de una sombra es nuestra vida, y sin retorno es nuestro fin, porque se pone el sello y ya no hay quien salga. Venid, pues, y gocemos de los bienes presentes, démonos prisa a disfrutar de todos en nuestra juventud. Hartémonos de ricos y generosos vinos, y no se nos escape ninguna flor primaveral. Coronémonos de rosas antes de que se marchiten, no haya prado que no huelle nuestra voluptuosidad. Ninguno de nosotros falte a nuestras orgías, quede por doquier rastro de nuestras liviandades, porque esta es nuestra porción y nuestra suerte.”
La belleza de nuestra vida reside en su fragilidad.
ResponderEliminarLas Parcas nos vigilan, impacientes en su eternidad.
Envidian esos ríos turbulentos en que nos bañamos de jóvenes,
A veces cortan el hilo cuando más desesperadamente
amamos la vida, mientras viaja nuestra mano
sobre esa espalda blanca y curva.
Bebamos, pues, con Cadafis, el vino fuerte y desgarremos
el velo que cubre nuestro rostro.
Porque no sabemos el día, es mejor,
mucho mejor, vivir de noche y dormir de día.
(Del libro de las memorias pérdidas.)
Frodo de Cretacan, tienes toda la razón.
ResponderEliminar.
“Corta y triste es nuestra vida, y no hay remedio cuando llega el fin del hombre, ni se sabe que nadie haya escapado del hades. Por acaso hemos venido a la existencia, y después de esta vida seremos como si no hubiésemos sido: porque humo es nuestro aliento, y el pensamiento una centella del latido de nuestro corazón.
Extinguido este, el cuerpo se vuelve ceniza, y el espíritu se disipa como tenue aire. Nuestro nombre caerá en el olvido con el tiempo, y nadie tendrá memoria de nuestras obras, y pasará nuestra vida como rastro de nube, y se disipará como niebla herida por los rayos del sol que a su calor se desvanece. Pues el paso de una sombra es nuestra vida, y sin retorno es nuestro fin, porque se pone el sello y ya no hay quien salga.
Venid, pues, y gocemos de los bienes presentes, démonos prisa a disfrutar de todos en nuestra juventud. Hartémonos de ricos y generosos vinos, y no se nos escape ninguna flor primaveral. Coronémonos de rosas antes de que se marchiten, no haya prado que no huelle nuestra voluptuosidad. Ninguno de nosotros falte a nuestras orgías, quede por doquier rastro de nuestras liviandades, porque esta es nuestra porción y nuestra suerte.”
(Libro de la Sabiduría).