martes, 29 de septiembre de 2015

El trayecto del rinoceronte(2)



Ella se ha ido pero todo está bien, era lo correcto, todo sigue, aún lloverá y lloverá durante dos meses más, luego vendrá el frío, las manos se quedarán pálidas y no hay tiempo para nostalgias, la vida está aquí, empujándonos. 

Alguien me llama para una cena, - tenemos una excursión a la Rioja, ¿vienes?- , y cómo no voy a ir si de nuevo la amistad, la entrañable mediodía de los domingos, aunque sin L, - ¿qué tal la semana?, ¿sabes que…? - . Bilbao está lleno de calles para perderse, cines, museos, visitas al mercadillo de la Plaza Nueva y esta música que escucho mientras escribo entra por cada poro del sensible otoño. 

Ella se ha ido pero aún la imagino leyéndome, imaginándome como yo le imagino, imaginando como sería acariciar su frente junto a una ventana por donde resbalen las nubes grises de New York, o tendidos al sol de playas que nunca, o de nuevo en aquel hotel de Londres detrás de los cuadros que vendían marchantes imposibles en Marble Arch, en mercados de Cádiz - nos van a ver-, en galerías comerciales de Berlín, bajo el pianoforte de Paolo Conte que menea la cabeza y canta, en el bandoneón que acompaña a esa Adriana que nos mintió del Polaco en Corrientes y luego… ¿viste?

No, ella no vio nada y sigo este trayecto del rinoceronte.




Dorm dintre meu, perduda criatura: dorm dintre meu en una nit de reis (Joan Margarit)

1 comentario :

  1. Y aquí en la meta, espero al Rinoceronte. Mientras me lo hago con M. Martí i Pol e intento detener el tiempo de ese reloj que va acelerado, tanto como la vida misma.

    Besets a cámara lenta!

    Estenc la mà i no hi ets.
    Però el misteri d’aquesta teva absència se’m revela
    més dòcilment i tot del que pensava.


    No tornaràs mai més, però en les coses
    i en mi mateix hi hauràs deixat l’empremta
    de la vida que visc, no solitari
    sinó amb el món i tu per companyia,
    ple de tu fins i tot quan no et recordo,
    i amb la mirada clara del qui estimen
    sense esperar cap llei de recompensa.


    Miquel Martí i Pol

    Extiendo la mano y no estás.
    Pero el misterio de tu ausencia se me revela
    más dócilmente de lo que pensaba.

    No volverás nunca más, pero en las cosas
    y en mí mismo habrás dejado la huella
    de la vida que vivo, no solitario
    sino con el mundo y tú como compañía,
    lleno de ti incluso cuando no te recuerdo,
    y con la mirada clara de los que aman
    sin esperar ninguna ley de recompensa.

    ResponderEliminar

Gracias por venir

Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com