sábado, 28 de febrero de 2015

Carta de amor para este sábado.




Tú estabas en  la maleza de este sábado tan largo y tan vacío, tan absurdo para ti que eres la emperatriz del mundo y estás ahí, camuflada entre los árboles de un bosque quemado, amenazada por todos los felinos hambrientos de la sabana, tan aburrida.

Pasará esta época de grandes lluvias, no pierdas la calma.

Estás, digo, vestida de verde, deshabitada de ilusión, con los caminos borrados, a oscuras y te mueves furtiva como una gacela asustada, temblorosa, tú que te sabes el abecedario, tres de las cuatro reglas y que hablas en tantos idiomas aunque con solo dos palabras logras que me asome al espacio y gire a tu alrededor, que te mire sin candiles pero encandilado, te contemple sin poner límites a mi curiosidad,  me postre ante tu recuerdo y entone salmos y rezos que creí olvidados.

Me da miedo tu miedo y tu rabia contenida, el brillo de tus ojos, lo exterior, lo que no te es ajeno y te muerde, esa voz que te hiere, esas palabras que ponen barreras a tu expresividad, todo aquello que te molesta o se clava en ti como saetas a una santa y mártir  que imagino desnuda y con flechas rebotando en tu piel que admiro y acaricio en este aire que me enloquece porque te siento aquí a mi lado mientras tecleo y te veo y me cortaría un dedo del pie por verte (los de la mano me dijiste que no me los corte, que los necesitas).

Pues eso, estamos en que ahí llovía y aquí casi nieva, que estamos subidos a un trineo de sueños que se desliza por un calendario de casi un año y no sé ya qué ropa ponerme y la ciudad está ahí engulléndonos.

Subo hasta esta colina de escribirte y te hago señales, amor, estoy aquí, te quiero, soy tuyo y quiero aprender a quererte cada día mejor, más es imposible.



Ánimo, mi vida, estoy afilando los cuchillos.


1 comentario :

  1. Encarna c28/2/15 00:22

    Recuerdas...al borde del precipio es renacer. Hace mucho viento aquí. Pero ya estoy acostada y con mantita inferior eléctrica. Bien calentita. Y sabes después de leer tú escrito, pues duermo como una reina. Dulce y sosegado. A fila cuchillos, no cuela. Escribe alma preciosa. Buenas noches Pedro. Gracias por tus letras.

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