sábado, 25 de octubre de 2014

Viajar sin viajar.

...poner sobre el papel
no tanto pensamientos como ideas,
quizá: ideas
sobre pensamientos.

(John Ashbery)


  
Desde Saint Jean Pied de Port me esperaba un paisaje bullente que entonces ignoraba, que me inquietaba aunque su luminosidad me atraía, tanto.
Busqué en mi cuerpo la herida, las llagas, el obstáculo.
No lo había y me fui.
Durante treinta días fue lo que debía ser.
Excepto el regreso.

Ahora lo he decidido, ya no me importa, mañana mismo me calzo las botas de pocero y empiezo a dejar sacos de confidencias en el quicio. Estaré atento a la inercia, al ayer indescifrable de los huesos del jilguero golpeando en los cristales de la habitación de atrás.

Alguien me hace señales con oraciones y gallos, suenan campanas y gorigoris, el viento en los cruceros me distrae del objetivo, es el momento de alejarme, de exorcizar temores, de salir a caminar.

Solo temo no saber distinguir las malas hierbas, solo temo la cizaña, solo temo al segador distraído mirando para otro lado.




2 comentarios :

  1. Solamente solo.
    La cizaña, en Astérix, discurría por esos lares, seguramente.

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  2. Ay, bixen, la cizaña es mu(y) mala, mu(y) mala. Lares, manes y penates.

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