viernes, 27 de septiembre de 2013

Wittgenstein 2


La función debe continuar, el Actor vuelve al escenario y recita: “yo soy mi mundo”*

Donde antes hubo navegantes, con lentitud, la ciudad se ha transformado en un espacio de caminantes, transitan los atentos vigilantes de mensajes entretejidos en la niebla de no verse. Los ausentes se hablan con los ausentes, intercambian coloquios con desconocidos de lejos o cerca, lectores de tabaquerías en fábricas que nada fabrican, solitarios farfullando soliloquios, ilusionistas que lloran cuando mueren las palomas.

El Actor sabe, lo sabe ahora, que acariciar aquel cuerpo no era un pasaporte a su alma, no un visado, no un pase de pernocta, no un permiso indefinido, tener su cuerpo era un trabajo, un purgatorio, una obsesión, la condena del ejercicio desnudo de besar una y otra vez la anorgasmia irreparable de una mujer sin lengua. Sin embargo volvía los miércoles, aún antes de amanecer, cuando mataron al juez y en primavera. Ella escribía en una nube “ven” y él, obediente, iba.

Actuación sin espectadores.

*Wittgenstein (Tractatus (5.63)


2 comentarios :

  1. Es estupendo que sigas poniendo frases de Wittgenstein. Son geniales. Saludos.

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  2. zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.), muchas gracias.

    Por cierto, sabes si Wittgenstein dedicó alguna frase a los tocapelotas.

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