miércoles, 25 de julio de 2012

Un día de esos

Ayer fue un día de esos.






NO TAN ALTO

DE cuando en cuando y a lo lejos 
hay que darse un baño de tumba.


Sin duda todo está muy bien 
y todo está muy mal, sin duda.


Van y vienen los pasajeros, 
crecen los niños y las calles, 
por fin compramos la guitarra 
que lloraba sola en la tienda.


Todo está bien, todo está mal.

Las copas se llenan y vuelven 
naturalmente a estar vacías 
y a veces en la madrugada, 
se mueren misteriosamente.


Las copas y los que bebieron.

Hemos crecido tanto que ahora 
no saludamos al vecino 
y tantas mujeres nos aman 
que no sabemos cómo hacerlo.


Qué ropas hermosas llevamos! 
Y qué importantes opiniones!


Conocí a un hombre amarillo 
que se creía anaranjado 
y a un negro vestido de rubio.


Se ven y se ven tantas cosas.

Vi festejados los ladrones
por caballeros impecables
y esto se pasaba en inglés.
Y vi a los honrados, hambrientos,
buscando pan en la basura.


Yo sé que no me cree nadie. 
Pero lo he visto con mis ojos.


Hay que darse un baño de tumba 
y desde la tierra cerrada 
mirar hacia arriba el orgullo.


Entonces se aprende a medir.
Se aprende a hablar, se aprende a ser.
Tal vez no seremos tan locos,
tal vez no seremos tan cuerdos.
Aprenderemos a morir.
A ser barro, a no tener ojos.
A ser apellido olvidado.


Hay unos poetas tan grandes 
que no caben en una puerta 
y unos negociantes veloces 
que no recuerdan la pobreza. 
Hay mujeres que no entrarán 
por el ojo de una cebolla 
y hay tantas cosas, tantas cosas, 
y así son, y así no serán.


Si quieren no me crean nada.

Sólo quise enseñarles algo.

Yo soy profesor de la vida, 
vago estudiante de la muerte 
y si lo que sé no les sirve 
no he dicho nada, sino todo.

Pablo Neruda.

2 comentarios :

  1. ¿De los de labios rojos?

    ¿De los de tumba?

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  2. Magnolio, imagínatelo, no lo voy a hacer todo yo ¿no?
    De esos.

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