Creo que la escritura tiene esa facultad: puedes escribir lo que te dé la gana siempre que el protagonista no seas tú. Por los parientes claro, pero sobre todo por tí mismo: “Debiera sentirme genial” – y no me siento, pero describo a un protagonista feliz -. O “No debo sentirme bien” – y escribes una historia triste, triste, triste.
Con la escritura el problema es hacerlo bien, no importa lo que sienta el que escribe.
Magnolio de las ideas para cambiar un/el mundo, ya lo cantaba Cinquetti (Doña Gigliola) Non ho l'età, non ho l'età per amarti Non ho l'età per uscire sola con te E non avrei, non avrei nulla da dirti Perchè tu sai molte più cose di me
Es cierto, escribir es lo que tiene, hay que escribir. Hacerlo bien entra en otro terreno, visto lo visto, leído lo leído, visto lo que leen, el bien (y el mal) es un territorio difuso en el que vale (casi) todo. Porque manda huevos (a Sandra) que teniendo en la balda cien años de soledad entre nadie en blogs oscuros, que estando pendiente un cuento cualquiera de don Cortázar perdamos el tiempo en ponte bien y estate quieto. He decidido (ahora mismo) que puedo escribir lo que me de la gana, siendo el protagonista de lo que escribo/describo/concibo, es decir escribiendo, y dejando, además, que la vida vaya por donde tiene que ir (vaya usted a saber dónde está ese caminito que lleva a Belén). No tengo edad para amarte (cuando mucho cuando poco) pero sí la suficiente edad para saber que no tengo la menor idea de casi nada, excepto de la finitud (y aún así) pero lo intento, con ganas, con entusiasmo, ole la gracia que muero porque no muero pero larga vida espero. Un abrazo justo antes de empezar a llorar antes de escribir (para estar fresco de buena mañana). Muá.
La fascinación de lo difícil ha secado la savia de mis venas, la espontánea alegría del corazón ha arrancado,y el natural contento. Algo aflige al corcel, que ahora, como si no tuviera sangre sagrada, de nube a nube no puede saltar como lo haría en el Olimpo, sino temblar abajo del látigo y tironear, sudar y sacudirse como si de arrastrar un carro se tratara. A mis obras de teatro las maldigo; tienen que hacerse de cualquier manera, guerreando diariamente con los tontos, con los negocios y arreglos humanos. Antes de que regrese el alba,juro que encontraré el establo y arrancaré las cerraduras.
Jeje! Sólo en las matemáticas es válida una demostración, negando el resto de las posibilidades, o no?
ResponderEliminarNo lo sé, Bixen, solo podría decirte que (x2 + 1)(x + 1)(x − 1)2 = 0.o también que x5 − x4 − x + 1 = 0, pero no me atrevo.
ResponderEliminarx5+x4-x-1=0
Eliminar+ o -
Creo que la escritura tiene esa facultad: puedes escribir lo que te dé la gana siempre que el protagonista no seas tú. Por los parientes claro, pero sobre todo por tí mismo: “Debiera sentirme genial” – y no me siento, pero describo a un protagonista feliz -. O “No debo sentirme bien” – y escribes una historia triste, triste, triste.
ResponderEliminarCon la escritura el problema es hacerlo bien, no importa lo que sienta el que escribe.
Con la vida es otra cosa.
Magnolio de las ideas para cambiar un/el mundo, ya lo cantaba Cinquetti (Doña Gigliola)
ResponderEliminarNon ho l'età, non ho l'età per amarti
Non ho l'età per uscire sola con te
E non avrei, non avrei nulla da dirti
Perchè tu sai molte più cose di me
Es cierto, escribir es lo que tiene, hay que escribir. Hacerlo bien entra en otro terreno, visto lo visto, leído lo leído, visto lo que leen, el bien (y el mal) es un territorio difuso en el que vale (casi) todo. Porque manda huevos (a Sandra) que teniendo en la balda cien años de soledad entre nadie en blogs oscuros, que estando pendiente un cuento cualquiera de don Cortázar perdamos el tiempo en ponte bien y estate quieto. He decidido (ahora mismo) que puedo escribir lo que me de la gana, siendo el protagonista de lo que escribo/describo/concibo, es decir escribiendo, y dejando, además, que la vida vaya por donde tiene que ir (vaya usted a saber dónde está ese caminito que lleva a Belén). No tengo edad para amarte (cuando mucho cuando poco) pero sí la suficiente edad para saber que no tengo la menor idea de casi nada, excepto de la finitud (y aún así) pero lo intento, con ganas, con entusiasmo, ole la gracia que muero porque no muero pero larga vida espero. Un abrazo justo antes de empezar a llorar antes de escribir (para estar fresco de buena mañana). Muá.
LA FASCICACIÓN POR LO DIFÍCIL
ResponderEliminarLa fascinación de lo difícil
ha secado la savia de mis venas,
la espontánea alegría del corazón
ha arrancado,y el natural contento.
Algo aflige al corcel, que ahora,
como si no tuviera sangre sagrada,
de nube a nube no puede saltar
como lo haría en el Olimpo,
sino temblar abajo del látigo
y tironear, sudar y sacudirse
como si de arrastrar un carro se tratara.
A mis obras de teatro las maldigo;
tienen que hacerse de cualquier manera,
guerreando diariamente con los tontos,
con los negocios y arreglos humanos.
Antes de que regrese el alba,juro
que encontraré el establo
y arrancaré las cerraduras.
WILLIAM BUTLER YEATS (1865-1939)
Magnolio, inmenso Yeats
ResponderEliminarVss pillando Bixen
ResponderEliminarc4-1=-x4+1
ResponderEliminar+1(x4-1)=-1(x4-1)
+1=-1
El "error" está en la primera ecuación.
El blanco, ¿son todos los colores o ninguno?
P.D.: Ya había antes pillado.
x4-1=-x4+1, perdón.
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