...Amigo Blas de Otero: Porque sé que tú existes, y porque el mundo existe, y yo también existo, porque tú y yo y el mundo nos estamos muriendo, gastando nuestras vueltas como quien no hace nada, quiero hablarte y hablarme, dejar hablar al mundo de este dolor que insiste en todo lo que existe...
(Gabriel Celaya)
"Ahora que los heraldos del Poder se desgañitan desde sus ornamentados púlpitos y vomitan su estrategia de terror para que corramos a ocultarnos bajo la piedra del Miedo. Ahora, justo ahora, antes que empecemos a caer, uno tras otro, sin duda los pobres primero, los más débiles, los indefensos, después los ancianos, los niños, luego todos. Ahora no, no quiero estar en la escalera de caracol que baja a lo negro, en el pasillo hacia la nada, en el turno de la muerte, no. No quiero que esta asquerosa marea me lleve al insomnio, que se extienda a las horas de cada día, a retorcerme las manos sin encontrar respuestas, que manche mi vida y mi horizonte. No.
Desde fuera miro al enemigo, no para correr, no para esconderme, aquí estoy, me defenderé con todas mis fuerzas. Perderé, seguro, son demasiados, y crueles, pero no perderé sin lucha. Que vengan, les espero".
¡L.M.Q.L.P!....qué ancha se quedó.
ResponderEliminarEl sentido del humor no está mal, pero los que realmente se ríen, son ellos, de nosotros.
un abrazo(con 21% de iva)
Así escribías el 29.11.08 en ésta, tu página:
ResponderEliminarOIGO VOCES
A Blas de Otero.
...Amigo Blas de Otero: Porque sé que tú existes,
y porque el mundo existe, y yo también existo,
porque tú y yo y el mundo nos estamos muriendo,
gastando nuestras vueltas como quien no hace nada,
quiero hablarte y hablarme, dejar hablar al mundo
de este dolor que insiste en todo lo que existe...
(Gabriel Celaya)
"Ahora que los heraldos del Poder se desgañitan desde sus ornamentados púlpitos y vomitan su estrategia de terror para que corramos a ocultarnos bajo la piedra del Miedo. Ahora, justo ahora, antes que empecemos a caer, uno tras otro, sin duda los pobres primero, los más débiles, los indefensos, después los ancianos, los niños, luego todos. Ahora no, no quiero estar en la escalera de caracol que baja a lo negro, en el pasillo hacia la nada, en el turno de la muerte, no. No quiero que esta asquerosa marea me lleve al insomnio, que se extienda a las horas de cada día, a retorcerme las manos sin encontrar respuestas, que manche mi vida y mi horizonte. No.
Desde fuera miro al enemigo, no para correr, no para esconderme, aquí estoy, me defenderé con todas mis fuerzas. Perderé, seguro, son demasiados, y crueles, pero no perderé sin lucha. Que vengan, les espero".
Vamos, que oías bien y, por desgracia, oías poco.
De cenizas, tu comentario es de lujo (debería tener más IVA)
ResponderEliminarMagnolio, si.
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