viernes, 4 de noviembre de 2011

Del sur.


Has vuelto. De la lluvia. Del Sur. El regreso. Ríen los pájaros sobre tu playa. Miras tu casa, das vueltas por tu casa, te miras, das vueltas dentro de ti, te piensas. Has vuelto. Dos mil kilómetros. Otros paisajes. Llevas en la muñeca una pulsera de hojas verdes, de flores blancas que crecen en las dunas de la isla.  Cierras los ojos y ves carreteras, casas, montes, pequeñas casas en el monte, nubes blancas, inmensos campos vacíos. Abres los oídos y aún recuerdas el acento sin eses, el gracejo de los camareros, el murmullo del viento sobre la espuma de la orilla. Tocas con los dedos el cristal de una ventana, detrás está otro mundo. El siguiente minuto está hecho de latidos, de espacios por los que flota la que fue, la que volvió, la que es ahora, tú. La niebla de la mañana del sábado difumina el sol, viene un buen día. Te paseas por pensamientos como escaleras, tienes muchos cuartos cerrados, temes abrir algunas puertas, temes lo que puedes encontrar dentro de ti, de lo que te queda por conocer, por hacer, por disfrutar. Sueñas y niegas que sueñas, tocas una columna de seda y relámpagos y sabes que te dan miedo las tormentas, estás en la proa de tu barco y a la vez manejas el timón, el viento te despeina pero señalas el camino entre tu pelo que baila. Ahora has vuelto. De la lluvia. Del Sur. Has vuelto y alguien te recibe con palabras doradas, con cariño, con señales de fuego desde las ermitas en las cumbres de montes en el horizonte. Caminas y a tu lado van tigres y toros, corderos, palomas y en las nubes se abren pasadizos que te invitan a entrar, entras, ni tú misma sabías que eras tan valiente, entras, bajas, subes por escaleras húmedas, vas, vienes por pasadizos que te inquietan, escuchas susurros entre los azulejos, voces que te llaman, miras y ves más nubes, miras y te ves en un espejo, esa eres, tú, has vuelto, alegre, has disfrutado de ese viaje, aquí no llueve. Hola, bienvenida a casa.


5 comentarios :

  1. ¡Es fabuloso Pedro, fabuloso!

    Y diría otras tantas cosas, me desnudaría casi enterita con todo lo que me invoca este escrito...

    Pero mejor empiezo por los brazos y me ciño a ti rodeándote en esta mañana de viernes. Un fuerte abrazo Pedro.

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  2. Si en una de mis vueltas, alguien me dedicara esas palabras, a seguro que entregaba mi alma.
    Como no va a suceder nunca, volveré a hacer la maleta.
    Besos

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  3. ¡Qué preciosidad, por favor!

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  4. Una vez te pregunté que si me permitías postear algún texto tuyo en mi blog, y me dijiste que sí.

    Pues hoy es ese día, me lo llevo con mucho cariño, lo cuidaré.

    Un beso, Pedro.

    P.D. Ha pasado algún tiempo, espero que no hayas cambiado de opinión.

    Mas besos.

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