sábado, 16 de abril de 2011

Momento.

 

Y el rocío nos mordió de madrugada, los mastines espantaron el rebaño de goces, azafrán derramado en la mesa, flores secas y música ajada. 

La estancia era dulce y transparente, sentí tus manos acariciar las mías, busqué tu cuello con los labios y encontré la húmeda puerta de mármol, nos miramos y el vértigo nos anegó. 

Lloramos de tan felices.

Agitabas pulseras en los tobillos desnudos.



5 comentarios :

  1. Bello...
    Cómo el día soleado que se descubre.

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  2. Adorable.
    Gracias, Pedro.

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  3. Momento mágico sin duda.
    Con unos cuantos de éstos, ya vale la pena todo.

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  4. Llegué, leí, hice una llamada y me fui a vivir mi momento.

    Un beso

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