lunes, 11 de enero de 2010

Volar.


Se trata de construir máquinas más pesadas que el aire que vuelen propulsadas por cohetes. (*)
Si dentro pueden viajar seres humanos, mejor.
Si no pueden, nos contentaremos con enviar perros, pájaros o monos.
El motivo es explorar qué hay más allá de las nubes.
Después llegar a las estrellas (**).

En cualquier caso esas máquinas voladoras deberán llevar implementados aparatos que nos permitan tomar daguerrotipos desde las alturas. No tanto por curiosidad científica sino por tener las pruebas que nos permitan la financiación, bien de los dineros públicos, bien de empresas privadas que necesiten divulgación de sus productos (***).



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(*) A pesar de lo que diga el profesor Newcomb. Sus demostraciones matemáticas sobre la imposibilidad de volar con algo más pesado que el aire están muy bien para estudiantes pasmados o para sus retrógrados colegas. Iniciaremos una campaña de desprestigio (avisar a Langley).


(**) Los rusos también están en ello. Clausius nos ha informado desde el instituto Sternfeld de Moscú que el doctor Kibaltchich ha propuesto unas máquinas voladoras accionadas por motores de explosión. Deberemos obtener los planos de sus maquetas (enviar a Berthelot como soporte de operaciones).


(***) Nuestra sociedad de los Nueve Desconocidos, desde los remotos tiempos del emperador Asoka, desde la conquista de Kalinga, quiere que todos los seres animados disfruten de seguridad, de la libre disposición de sí mismos, de paz y felicidad. Este proyecto de las máquinas voladoras, por encima de lo místico, del éxtasis y lo sobrenatural quiere continuar defendiendo estos valores. Ahora, más allá de las estrellas, en los confines del universo (se admiten donativos).



Lee y pásalo.

4 comentarios :

  1. Nos mete usted en el laberinto del vuelo.
    Siendo tan barato volar, tan escueto el soñar,
    siendo las estrellas tan fugaces, ¿cómo permitir tan altos vuelos de nuestros gestores?

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  2. Tuve en cuenta la lúdica iniciativa de mis alas. Después, lo demás, ya no era volar.

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  3. Humanos. No abandonamos utopías ni sueños por miedos a la malevolencia, a opiniones confrontadas, a secretos, nos aliamos con la fama y el dinero para vencerlos, y al fin, sabiendo que quedaremos desposeidos de nuestro propio deseo, aún aclamamos a la libertad para el resto. Y es que ”porque no poseemos, vemos”

    Siempre sorprendente.
    Un beso.

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  4. Quizás, del vuelo, lo que más me interesan son los compartimentos del aire, los sitios donde mejor se respira, sir Peter. ¿Cómo se ve la literatura desde el cielo?

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