viernes, 9 de octubre de 2009

Virgi



Estatua de sal

Llegué hasta la estatua de sal.
Con mi lengua, pertinaz y consecuente, fui desgranando los cubos salados que cubrían su piel.
Así, logré arribar primero hasta un lóbulo. Pudo oírme.
Continué por la nariz. Entre el puente y las cejas abrió los párpados y me miró. No tenía aún ningún reflejo en el iris, pero los ojos brillaban al sol y sentía el ritmo levísimo de su respiración.
También sacó la lengua, rozándola con la mía. Le adiviné unos dientes de roca y ámbar.
Seguí, lenta y parsimoniosamente, por los brazos y las piernas. Saboreaba la sal de su cuerpo, que lo cubría desde siempre. La sal de siglos, que se evaporaba lentamente entre mis labios.
Sentí el bombeo de la sangre que colmaba las arterias. La piel era tersa y húmeda, resplandeciendo en el ocaso.
Me sonrió agradecido.

Cuando hube acabado, quise abrazarlo.
No pude, ahora era yo otra estatua de sal.


Virgi 

(Blog: phoeticblog)




11 comentarios :

  1. Me divierte la parsimonia, sigo el recorrido que describes, despacio.
    He seguido, lengüetazo a lengüetazo, todo el proceso.
    ...Hasta tengo sabor a sal en la boca.
    :)

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  2. Pedro: me ofreciste un espejo y en él me contemplo. Mi agradecimiento.
    Yo también me voy dos días, a la vuelta leo y releo. Atravesaré entonces el azogue de palabras ajenas, y, gracias a ellas y a tu entrega, dejar de ser estatua de sal.
    Besos y besos

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  3. Desde luego relato made in Virgi, sólo nos falto saber si la estatua era un Miguel Angel o un Rodin. Eso sí, la tensión, con tanta sal, mira cómo quedó, altísima. (Pero no vayas al médico.)

    Besos, Virgi.

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  4. Escalofríos siento solo de pensarlo; no pretendo mirar atrás pero las leyendas crecen en nuestra mente y por si acaso...
    Un beso

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  5. Delicioso texto, para ir saboreando sin anestesia y con mucho mimo.

    Un abrazo!!!

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  6. Como aperitivo, todo lo salado me gusta.
    La lujuria y estos pecados, siempre dejan algún resabio.
    Lo he saboreado, y no me importa la pena que haya de pagar.

    Bello relato como siempre, Virgi.

    Besos.

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  7. Como cuando te implicas en un proyecto en el que consigues colaboración acercando posiciones, y cuando se pone en marcha, aquello que propusiste ya no existe.
    La estupefacción te deja de piedra. En este caso de sal.

    Virgi, me encanta cómo consigues usar la poesía y la imaginación, para contar algo tan real.

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  8. Virgi , tu relato tiene un no sé qué entre erótico y filosófico, lleno de simbolismos que hipnotizan.
    Es, también, de un realismo que espanta, la continuidad en los abrazos nos iguala, nos vuelve otra estatua de sal.
    Muchas gracias por venir a esta esquina.

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  9. Tesa, Sofía, Arantza, Carmen, eva, Gaia: mis sonrisas de alegría al leerlas. Un abrazo, salado y dulce, para todas, gracias por el regalo de vuestras palabras.

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  10. Para ti, Pedro, un abrazo especial, por tu espacio en blanco, pintado por tantas bellas historias en las que nos has enredado.

    Y otro más porque te sigo siempre, envuelta en la magia con que nos sorprendes...música, palabras, imágenes, pensamientos...

    (sorry, Eva, por la minúscula anterior)

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  11. Virgi, nunca es tarde para saborear tus buenos relatos.

    El deseo irreprimible. Saciar la sed, "la sal de siglos". Hasta convertirse en estatua de sal.
    Podesoso y sutil erotismo.

    Un abrazo (y no miro para atrás)

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