Me siento como en casa, ante este post escrito en verde. Y esas palabras de la Belli, a quien admiro. El pasado marzo conocí el Café Iruña de Pamplona, en la Plaza del Castillo, sus espejos, sus columnas, esas mesitas... el aire antiguo: un buen sitio para leer un poema como éste, a solas, desde aquella mesa junto al ventanal ...o quizá escribirlo.
Me siento como en casa, ante este post escrito en verde. Y esas palabras de la Belli, a quien admiro.
ResponderEliminarEl pasado marzo conocí el Café Iruña de Pamplona, en la Plaza del Castillo, sus espejos, sus columnas, esas mesitas... el aire antiguo: un buen sitio para leer un poema como éste, a solas, desde aquella mesa junto al ventanal ...o quizá escribirlo.