jueves, 16 de julio de 2009

Hace mucho calor.

Cada acción de la Fura se dirige contra la pasividad el espectador (Primer Manifiesto)



Hace mucho calor. Ella está desnuda sobre la cama y se abanica. Él no la mira, come cerezas y se limpia los dedos en los muslos.
La habitación está en penumbra, de la calle llega un murmullo tenso de sol y ciudadanos refugiándose bajo las marquesinas, entre los árboles del parque, mojándose la sien en las fuentes.

Ella espera una palabra que acaricie su ansiedad, un suspiro que la conmueva, una señal que indique que entre ellos aún vibra un dorado hilo de deseo. Él sigue comiendo cerezas, ensimismado, deja el hueso de la fruta en un platillo sobre la pequeña mesa al lado de la cama.
No hay música, no hay gozo, no hay más que un calor sofocante que les hace sudar copiosamente, que les deja los ojos cerrados al acaso de encontrarse.

La habitación tiene las ventanas cerradas y la mujer no sabe por dónde ha podido colarse la abeja que ahora zumba de pared a pared. Se posa en los dedos de su pie derecho y no se mueve, temerosa de una picadura. En la comisura de los labios del hombre brillan gotas de zumo, parece no haber notado el errante vuelo.

El pequeño insecto deja el rastro de sus patas por la pierna inmóvil de la mujer que siente que siente y se sorprende del cosquilleo, de la reacción de su cuerpo acalorado. Esa mezcla de temor y caricia impregna su piel de una sensación que no conocía. El hombre se ha levantado y busca el alivio del agua en el cuarto de baño.

La mujer cierra los ojos, fantasea, tiembla, imagina. La abeja vuela hasta el techo, a la lámpara, vuelve, se posa en su seno desnudo, hace círculos sobre el pezón oscuro. El hombre regresa, grita –cuidado- y golpea con un periódico enrollado al insecto que ahora está aplastado sobre su pecho dolorido. Después sigue comiendo cerezas, en silencio. Ella se ducha, se viste y se tira de cabeza a la tarde de julio aún con riesgo de una insolación, aburrida de calores, abejas y, sobre todo, de amantes que no aman.

Continuará (hasta que ella quiera).




8 comentarios :

  1. Bueno, en este caso tendría que ser así.

    En cambio en otros...

    ''Luna de miel, luna de papel
    luna llena, piel canela dame noches de placer
    a veces estoy mal a veces estoy bien
    te dare mi corazón para que juegues con el

    Hace calor, hace calor
    ella tiene la receta para estar mucho mejor
    sin trucos y sin prisa, me entrega su sonrisa
    como una sacerdotisa del amor''.

    Cambia la historia y seguro que ella quiere continuar, o casi seguro.

    Besos en esta madrugada cantarina y fresquita

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  2. El viento a veces se nos hace tan deseado entre la piel...que se derrite en deseos y cerezas olvidadas. Hoy me ha gustado mucho el bosquejo de palabras, si...definitivamente mucho.

    Bikiños y de puntillas salgo :P

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  3. Aprovechando que tengo cerca a un Arcipreste que a Ovidio había leído, copíole al amante despistado un consejo:
    Quando la muger vee al perezoso covardo,/dize luego entre dientes: ¡Oxte! ¡Tomaré no dardo!/ Com muger non empereçes, ni te enbuelvas en tabardo;/del vestido más chico sea tu ardit alardo.

    Solución al jeroglífico ( nada de sexo, Pedro. Que no to va por el mesmo senso, caramba):

    D (de, arriba)
    A (a, abajo)

    "De arriba a abajo, la entrada no tiene desperdicio"

    Eso quería decir en la entrada anterior. Pero sirva para ésta, que me ha gustado mucho.

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  4. Como no ha de querer...

    Besicos

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  5. Muy bueno Glup, muy bueno. Qué bien relatas el alma femenina.

    Me adhiero al manifiesto del hartazgo de los amantes que no aman. ¿Dónde hay que firmar?

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  6. "y, sobre todo, de amantes que no aman."

    ...perra vida
    :(

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  7. LLego de Deba y me encuentro este pedazo relato que parece entrar directamente en los poros; tal vez demasiado abiertos por culpa del sol, pudiera ser...
    (El buen caballero...todo sensibilidad...ja...ja)
    Será el calor....
    Un beso dulce mi querido Pedro.

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  8. Una sencillo insecto acostumbrado a vagar por pétalos, suave, delicado, con solicitud de mancebo, pulcro galán en su entusiasta búsqueda de sutento… ¡menuda comparación!

    Salir a la calle es la mejor opción, dentro el poder destruye cualquier vocación.

    Un beso encantado, Pedro.

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