miércoles, 26 de agosto de 2009

26 de Agosto.

Tú, la que eras.







Otros han transitado este desierto.
A tu derecha has visto
los despojos de un hombre
calcinado de sed. A tu izquierda
dejaste
a una mujer que aún
ardía en el delirio.
De muchos escuchaste
palabras que alentaron
tu larga travesía.
De todos
aprendiste
que no hay rumbo posible.

Puede ser que las bestias acaben con tu cuerpo
o que el miedo te coma
y pretendas
volver
como si nunca hubieras emprendido el viaje.

El final será el mismo.

Así que no lamentes la infinita distancia
el plomo inquebrantable que dibuja el silencio
y que nunca se acerca.

Si desfalleces
mira
a los ojos del buitre.

Habrás dejado
al menos
razón de tus cenizas.

(De Esto no es el silencio, Hiperión 2000)

Dicen, los que han leído mis poemas, que hablo sobre todo del dolor, y del hecho poético en sí: de la imposibilidad de decir, tal vez. Yo he deducido que la metapoesía es una metáfora de la vida. En cualquier caso, entiendo el poema como revelación de una realidad tan real como la que “nos parece” real, profunda, extraña, que forma también parte de todos nosotros: un pálpito oscuro, pero (y) fascinante. Fascinante.


Ada Salas.


1 comentario :

  1. El poema como revelación de una verdad e incluso como la manifestación de la mentira.

    Un abrazo

    P.D. me gusta la ilustración de Matthew Woodson

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