Lo sé, es difícil creerlo, pero les juro que es cierto.
El monstruo estaba en mitad de la calle, en la desierta madrugada de mi ciudad vacía y negra.
Me miró con grandes ojos acuosos en el fondo de un rostro repelente.
Temblaba su cuerpo gigante en sollozos que conmovían.
Soy una mujer dura, una domadora de derrotas, una superviviente, una solitaria acostumbrada al miedo.
Le invité a mi casa.
Le veo ahí sentado, frente al televisor, llevándose patatas fritas a la boca con sus inmensos y peludos dedos.
Va para tres meses.
Estoy comenzando a preocuparme, no sé si soy un ángel salvador o una ingenua.
Pero, tiene una mirada...
¿Me estaré enamorando?
De un monstruo?
ResponderEliminarSeguro. Todos tenemos alguna parte peluda...
Saludos :)
Por dios, seguro que si, algun@s se enamoran que cada uno que...
ResponderEliminarBesicos
Increíble todo lo femenino, si.
ResponderEliminarHay muchas formas de sufrir, desde con un señor monstruo a nuestra imagen y semejanza, a cualquier otra forma monstruosa como el señor Alzheimer, la señora Demencia, la señora Decrepitud, las Enfermedades, la señora Ceguera, las Deformidades físicas. ¡Leches todas son textualmente femeninas!
Vale, entonces ¡qué menos que haya amor! ¿O no? (¡Leches soy femenina hasta la médula! Por eso nosotras nunca llegaremos a la categoría de filósofas)
Un beso risueño, a pesar de las monstruosidades.
pati, conozco a monstruos sin pelo.
ResponderEliminarLo capilar (lo de fuera) no tiene que ver demasiado con lo de dentro.
O sí
Saludos :)
Belén uno, una.
ResponderEliminarEs cierto.
De eso va mi post.
O lo intenta.
Besicos
Eso digo yo doña gaia07, ya que estamos por lo menos con amor. Pues eso.
ResponderEliminarY ahora que lo dices, he pretendido que mi post de hoy sea serio.
Me da que no lo voy a conseguir.
Mientras tanto te voy besando, por lo menos lo pasaremos bien ¿no?
Por eso yo suelo caminar mirando al suelo, no sea que me encuentre con uno y me enternezca su mirada y su pelaje...
ResponderEliminarQuién sabe del amor y sus jugadas!
Besos de finde, monstruosamente tuya.
Cuidado! puede ser Santa Claus.ja,ja
ResponderEliminar¿Ya has mirado bien?
Pasa buen día
Un beso.
¡Y lo agradecido que yo le estoy! Hace tanto frío en la calle... y además, creo que también me estoy enamorando.
ResponderEliminarun abrazo, maestro
La primera vez (por la noche) lo apagué deprisa. Esta mañana no lo recordaba, solo unos sueños con un monstruo muy real.
ResponderEliminarLo releo ahora, quiero detenerme en la forma, pero el fondo me puede, y de nuevo, lo apago deprisa.
Jajajajajja, divino... como siempre, este chico es "especial" es que no hay nada ni nadie que le supere. In creible. Yo también me estoy enamorando.
ResponderEliminarHacia tiempo que no me beneficiaba de nada... hoy si. Pensaré en algo para "usarlas".
Muchisimos besos Don Pedro. Un placer.
Buf! Yo me he enamorado de tantos príncipes que realmente eran monstruos que ahora busco a un monstruo de ésos... a ver si con un poco de suerte se transforma en príncipe. Un besazo
ResponderEliminarBuenísimo, Pedro, fantástico texto. A eso se le llama saber ponerse en la piel de otra.
ResponderEliminarUn beso.
A falta de bellos buenos son monstruos.
ResponderEliminarAbrazos.
Caminar mirando al suelo, hermosa Margot es práctico. A veces.
ResponderEliminarMi amigo Jonás se encontró una cartera repleta de dinero.
Sabedor de su (buena) suerte se dirigió a un establecimiento cercano lleno de monstruos y bellas monstruas y se puso ciego.
Al salir, mirando al suelo, claro, se pasó de largo de la parada del autobús y ahora está más o menos a la altura de Burgos.
Y no se enamoro (estaba enamorado, como tantos, de sí mismo9
Ay, mis amigos.
Besos, princesa.
Se lo pregunto Arantza G..
ResponderEliminarA la enamorada del monstruo.
Espero encontrarla.
Un beso.
De cenizas.
ResponderEliminarLa parada de los...
La bella y el…
El…del lago.
Hombres y…
Anda, abrígate.
Un abrazo
Magnolio, eso le ocurría a Monterroso (D. Augusto) que al despertarse ya no estaba.
ResponderEliminarEl fondo, ahí está, por encima de la (posible) risa.
LOBITO, pues nada, pasa, pasa, soy bastante feo, pero sin llegar a monstruo (por fuera).
ResponderEliminarY "especial" dejé de serlo por voluntad propia.
Gracias por los besos.
Te envío los míos.
A la tercera: solo se consigue ese fondo con esa forma, pienso, mientras vuelvo por tus letras, puntos y comas.
ResponderEliminarNo lo entiendo Madame Vaudeville, una princesa como tú.
ResponderEliminarTe imaginaba en un trono rodeada de admirados súbditos.
Los príncipes, en principio, no se enamoran de las princesas, busca un rey de un país extranjero.
Si los hubiera.
Un besazo
No creas Bel, me cuesta bastante ponerme en la piel de otra. Incluso de otro.
ResponderEliminarPero por intentarlo que no quede.
Un beso.
Ponga un monstruo en su vida ybris.
ResponderEliminarAbrazos.
Magnolio, pues aprovecha hoy que he puesto puntos.
ResponderEliminarGlup, en el de Monterroso: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía seguía allí".
ResponderEliminarEn el mío, también.
Ponga un dinosaurio en su vida Magnolio
ResponderEliminar(Aunque creo que ya lo tiene)
Abrazos.
De noche todos los gatos son pardos claro, sólo así se entiende que nos enamoremos de cada monstruo....
ResponderEliminarBesitos varios.
Eria.., hay versiones.
ResponderEliminarA altas horas de la madrugada no me he enamorado, no, pero me he comido cada monstrua que ya, ya.
Y es que el hambre es mu´ mala, mu´ mala.
(Hay quién al apetito le llama hambre, no les hagas caso)
(Ni a mi)
Besos de canela.
No, te estás volviendo majara, que a estas alturas no se en que se diferencia.
ResponderEliminar¿Se me nota? Nikté
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