jueves, 28 de agosto de 2008

La distancia a la realidad.

Bendita sea la terrible belleza de Franz Kafka
creyéndose un insecto entre nosotros,
hasta su recuerdo acudo en busca de consuelo.
Mi cabeza es un volcán que nunca duerme,
junto a mí todo es hoy El jardín de las delicias
pintado por El Bosco.
Nada entiendo.
Estoy subida en el tejado,
ya no leo los periódicos,
leer la prensa cada día,
es abrir una pequeña tumba de papel.
No sé quién soy.
El siglo a mi alrededor es incomprensible.
En aras del método,
hemos abandonado la búsqueda de la belleza.
Nos estrellamos

Julia Otxoa.


Desde el balcón del observatorio mido la distancia a la realidad, la cresta de los gallos, desdeño la palpitación de la vida que adivino detrás de las cartas todavía no leídas, temo a las sinuosas bestias que merodean frente a la puerta de hierro y madera, acoto parcelas en la tarde pelirroja, arrojo lastre por los ventanales, no remite el ardor, la mentira tiene forma de herradura y lombrices.

Quisiera besar tus mejillas.


3 comentarios :

  1. Quizás deberías aprender a vivir con las serpientes. La distancia deseada con la desconocida junto con la realidad del miedo a la conocida, resulta un cóctel altamente peligroso.
    Mejillas puedes besar cuantas quieras, estoy segura ;-P

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  2. gaia07, serpientes, personas con lengua bífida, conozco algunas.
    Cocktails, un tiempo me dio por conocer ese mundo. Me lo bebí. Mi Blue moon (con curaçao azul) es famoso entre mis íntimos (¿se dice íntimas?)
    Tampoco tengo demasiado interés por las mejillas (prefiero empezar por los labios)
    Te beso (donde quieras)

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  3. siempre me ha gustado, también :-)

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