La sacudida de la duración,
ella, por si sola, entona ya un poema.
(Peter Handke)
El personaje G embutido en un traje de submarinista, negro, de pie en el extremo de un puerto batido por las olas. Ante la tormenta económica de finales de febrero, las barcas de pescadores se refugian en el remanso de la cordura y en el bar de Ramón, en Elantxobe. El capitán Acab no ha regresado, sigue buscando una gran ballena blanca. Por fortuna los mares están llenos de Acabs, por debajo y por encima de la superficie. Ballenas blancas hay menos. El personaje G se sumerge y también las busca, apartando a los peces abisales, ciegos, errantes. La tarea es ardua porque los capitanes de barcos fantasmales sólo las pueden ver con lentes especiales, de cerca, de muy cerca. G por no llevar, no lleva ni gafas de buceo. Descansa y en la cueva de Mandarimanda habla de fósiles y de héroes con la sirena, su eterna sirena. Después sigue nadando hasta que, distraído, se encuentra de pronto rodeado por tiburones de alameda y barracudas de los confines del océano. Consigue zafarse de esa pesadilla de dientes y ojos quietos y llega justo al centro de un banco de calamares gigantes. Allí es abandonado por la suerte y es atacado con chorros de tinta negra, paralizante. Aún así se mueve y nada. Nada. Huye y no encuentra, no encuentra por lo que, desesperado, abandona la búsqueda y vuelve a tierra firme. Se retira a un monasterio cisterciense y ora. No labora y vive del subsidio de desempleo de buscadores de imaginarios personajes melvillenses. Pobre.
Pobre G, su mala suerte en el mar, en la economía, y en todo lo llevarán a la perdición. está más salado que la sal.
ResponderEliminarQue bueno que va a orar en el monastario, ahí encontrará la paz que necesita y con suerte, su suerte cambiará.
Saludotes y abrazotes
Sweet Dreams, de todo Corazón:
Arthur
Yo creo que G necesita una limpia con un chamán, a ver si así se puede quitar toda la sal que tiene encima.
ResponderEliminarEs que sí es cierto, tiene más sal que la sal.
Saludos y abrazos
Nice Day, con toda miAlma:
Gusthav
Buscar ballenas blancas es lo que tiene... francamente desconcertante la búsqueda.
ResponderEliminarPor eso mejor, me digo, los boquerones. Y así me evito orar que me da algo de repelús.
Besos, boqueroncillo mío.
Curioso personaje ese G.
ResponderEliminarEncerrado y buceando.
Y encima un pobre hombre.
Casi como todos.
Abrazos
Arthur, es la vida.
ResponderEliminarLa de G.
¿mala suerte? Como todos.
Vive, y eso le somete al destino.
Hoy abajo, mañana arriba (o más abajo, si eso se puede)
Saludos salados.
Gusthav, tiene que ser cansado ¿no?
ResponderEliminarLlegas desde una Argentina al sur de México, cada día, un minuto después de Arthur.
Ay.
Ay.
Digo...
Ay.
Abrazos.
Jajajajaja
ResponderEliminarCalamares gigantes y fue atacado por su tinta y después jajaja
me meo, es la primera vez que te veo desvariar asi, ains yo hace tento tiempo que no desvario que hasta me dió nostalgia de mi misma al leerte a ti, ains
jajajajaja
Frase a reseñar, gloriosa, pero no te lo digo que entonces te enfadas y dices joe que cansao es esto de que te alaben
jajajaja.
La verdad es que no se si he tenio motivos pa reirme, lo mismo esto es mu serio, pero es que ese final, joe, jajaja
Te lovius pescaor
Por cierto me llamo Ramón
Madrugadora Margot, es que hay pocas (por eso G las busca).
ResponderEliminarBallenas de las otras hay más.
No hay más que mirar alrededor.
Están muy vistas. Demasiado.
De ahí la búsqueda del mozo.
¡Marchando otra de boquerones para la dama! ¡Y la cerveza!
Y este beso.
Es que es como todos ybris.
ResponderEliminarSolo que algunos se creen más solo porque no bucean.
Ni se mojan.
Este buen G hace todo eso.
Así le va.
Abrazos
Se pasa la vida G de aventura en aventura… y la vejez en un retiro de descanso ¡Casse toi pauvre con!
ResponderEliminarUn beso hombre rico en besos, pero como este ninguno ;-P
Ramón Nikté, sirva la presente para decirle que sí, que es serio, no lo sabes tú bien (pero lo intuyes).
ResponderEliminarLos submarinistas sabemos lo duro que es ser atacado por un calamar, que te pone todo perdido, que no se quita con nada.
¡una de chopitos!
¡otra de calamares!
Y luego volver nadando, qu`esta es una página de nadadores, o sea, ná de ná, nada por aquí, nada por allá, ¡abracadabra!, el post del martes.
Y es que no hay como pedir,
Te beso, rubia.
gaia07, un hombre, sí, como G, desbesado (a pesar de)
ResponderEliminarY las aventuras, pues claro, sin ellas la vida es aburrida.
¿a que sí?
Pues eso,
Si ya lo dijo Sarkozy (¡qué chulo el tío!).
Un beso diferente (desde dentro)(hacia fuera)
La inspiración nunca avisa ni se presenta en el mismo lugar. ¿Te imaginas a G en la sección de perfumería del corte inglés vestido de submarinista? Bueno, ahora que me lo planteo: si, podría hacerlo. Localizando elixires de lágrima de ballena blanca (también llamado perfume para el olvido) o comprando antídotos para la parálisis de tinta de calamar, mientras una dependienta con voz de sirena lo conduce inexorablemente al abismo de escaleras metálicas de las que tendrá que liberarse dehaciéndose del plomo que aprieta su cintura.
ResponderEliminarPufff, he de dejar de tomar café por las mañanas....
ana p., no, si café puedes tomar, es bueno. Pero me parece que te has confundido, ese polvo blanco que le echas no es azúcar. ¿A que te has equivocado de frasco?.
ResponderEliminarLo de las escaleras metálicas del cortinglés ya me lo había imaginado. Con una variante. El personaje se queda pegado a las mismas (me refiero a las escaleras) y da vueltas cuando su peldaño desaparece por la ranura. Como una película de dibujos animados. Así,
Un placer tenerte aquí.
Pero un auténtico placer.
Gracias.
Un submarinista buceando en busca de personajes imaginarios...
ResponderEliminarG no deja de sorprenderme.
¿dónde está G ahora?
¡yo quiero un G de esos!
Carmen, caprichosa, quieres todo.
ResponderEliminarPonga un G en su vida,
(se me ha ocurrido dos o tres chistes con los personajes G en busca del punto G) (¿existe?) (se lo preguntaré a mi G)
Un toque de humor, viene bien a veces. ¡Que demonios!... siempre viene bien. Si tu G, o tu G, te dicen algo que debamos saber... por favor... nos lo desvelas.
ResponderEliminarPor cierto... qué casualidad... ¿hum? el nombre es fortuito ... es a posta...
Me meto que eso quedará para tí.
Haces bien, "el que quiera saber, que se compre un libro" como decía mi abuelo.
Besos de buenos días.
Claro, Carmen, el humor nos lleva en volandas por estos días tan duros. Bueno, los míos lo son estos últimos tiempos. Pasarán. Por eso río, o busco la risa, la ajena me conforta. Tus comentarios, tan naturales, también. Beso a la noche.
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