Emboscada de muecas
creciendo desde antes,
hasta siempre.
No vendrás,
jamás.
Estallido de gatos
en la córnea del viento,
proyectados en el sueño
imposible de quererte.
Intrépido aleteo de ojos
mirando sin ver, sin verte,
ciego, infeliz.
Tanto afán,
tanta indecisión.
Sin normas.
Sin
ti.
creciendo desde antes,
hasta siempre.
No vendrás,
jamás.
Estallido de gatos
en la córnea del viento,
proyectados en el sueño
imposible de quererte.
Intrépido aleteo de ojos
mirando sin ver, sin verte,
ciego, infeliz.
Tanto afán,
tanta indecisión.
Sin normas.
Sin
ti.
Las imagenes oníricas que creas me lleva a desear que se acerque y no llegue, porque estoy segura que en la espera todos saldremos recompensados...
ResponderEliminarScheherazadepues recuerdo que tú me contaste muy buenos cuentos durante mil y una noches.
ResponderEliminarAh, y no llegó. Como quién espera un tren y resulta que ya ha pasado hace unos minutos(o unas horas, o unos días, o unos años). Lástima, de haberlo sabido. Pero aún así esperas, sabes que ese tren no llegará pero sigues en el andén. O sea, que lo que te gusta es esperar.
Apenas me quedan ya recuerdos, voy a tener que empezar a fabricarme nuevos.
Quizás intente vivir un poco, para variar.
Te mando un beso.
La espera es por sí misma una felicidad. En la espera se centuplica toda la imagen de lo que se espera.
ResponderEliminarLeopold Schefer
Pedro, recuerda que para nuestro cerebro es más importante contarnos una historia consistente que contarnos una historia verdadera.
Un beso, un placer leerte.
Pues nada, rouge, contribuiremos a que nuestros cerebros se oxigenen con historias consistentes.
ResponderEliminarGracias y un beso (que llegue hasta Valencia)
Y cuanto esperó Leopold Schefer (" La máxima felicidad de los mortales será siempre la esperanza”- decía)
Quizás julio se me pase de largo...
ResponderEliminary no me haya dado cuenta escudriñando la infelicidad.
Voy a apurarla.
Luna Agua, te lo recuerdo ¿si?
ResponderEliminarSi algo aprendí, es que el jamás no existe. Claro que no podemos pretender que el "siempre" sí lo haga...
ResponderEliminarNadie puede evitar que esperemos, (ni siquiera nosotros mismos) y esperamos mientras hay esperanza, mientras creemos que podemos ganar.
Que llegue lo que aguardas,
que ganes la batalla...
Un abrazo!
La emoción que se desata al cocluir una espera es indescriptible...tanto deseo, tanto anhelo...
ResponderEliminarInteresante blog el que tienes por acá... gracias por pasar...
Tienen tanta luz los ojos de los gatos, que esparciéndose en las miradas del viento, tu espera será más corta, más, mucho más, de lo que desesperas.
ResponderEliminarAdemás, la espera es aticipación, regodeo de lo posible, de la ilusión, o mejor de la esperanza.
Saludos
Gracias por pasare por mis letras, aunque no te gustaran has dejo tu huella. Un beso
ResponderEliminarLaa Laa, esa batalla está perdida.
ResponderEliminarY la guerra.
Empezaré otra.
Sólo sé luchar.
Un abrazo
Ana Gabriela Sandino, pues aquí seguiré, esperando.
ResponderEliminarEl problema es si llega, me va a encontrar muy desmejorado, ya sabes, el tiempo.
Gracias, saludos.
Umma1, a ti puedo decírtelo: no espero a nadie, esto es solo un poema, nada más, no corresponde a una desesperada espera amorosa.
ResponderEliminarAunque hubo un tiempo, siempre hay un tiempo para todo.
Saludos
Muxica, no dije que no me gustaran, di mi opinión sobre esa frase del dueño.
ResponderEliminarOcurre que en estos blogs siempre hay que remar a favor de corriente. Y no.
Tu página tiene todos mis respetos. Y tú, por supuesto.
Otro beso (mal genio- con cariño-).
Me gusta la rotundidad de la afimación "no vendrás,/jamás." Y, pese a todo... ¿Qué será aquello que nos mueve? Saludos cordiales y buenas vacaciones, querido amigo.
ResponderEliminarEs esto quizás... la falta de compromiso de dos "ni vienes, ni te quiero, ni normas, ni tú".
ResponderEliminarUn beso con lágrima.
Mi querido Pedro. Ando de nuevo por mi tierra. Se me pusieron los niños malitos, (es que vaya tiempo tenemos, si frío o calor..)
ResponderEliminarY de paso quise hacer unos arreglos por mi casa virtual. Ya sabes que estás invitado.
Y aquí en Julio, yo te digo. No, no es quizás. Es seguramente.
Te beso.
Muá.
Isabel Romana, absoluta convicción (además no vino)
ResponderEliminarNos mueve...¿amor? Sí.
También buenas vacaciones para ti.
Un beso.
gaia07, no le demos vueltas, este es casi el post de ayer, ya viene el de mañana, esto –la vida- va tan rápido que no podemos pararnos.
ResponderEliminarNo llores, niña, ven, mi beso con sonrisa.
PaquiLou, cuida a esos niños que son tan guapos como la madre (es que por ahí abajo llueve a destiempo).
ResponderEliminarYa he entrado en tu página. Me gustan mucho los nuevos contenidos. Eres muy profunda (cuando quieres). Y muy alegre, también. Y buena gente, un beso, preciosa. Hablamos a la vuelta.
Que tristeza y que fidelidad la tuya !
ResponderEliminarCariños de alcachofa
Gwynette, no es algo contrapuesto ¿no?
ResponderEliminarCariños de toda la vida.
Media vida viviendo y la otra ¿añorando?. Ya, ya sé: sólo es literatura.
ResponderEliminarBesos, uno para el viaje.
Impresionante, Pedro, me quedé pegada a la pantalla después de leerlo, como si no me creyera que fuera del todo cierto.
ResponderEliminarTiene una fuerza icreíble este poema.
Un abrazo.
Magnolio, un beso al regreso.
ResponderEliminarCascabel, estas son cosillas de aficionado.
ResponderEliminarGamoneda. Valente, Panero, ahí, por ahí, esos.
Pero muchas gracias.