lunes, 31 de agosto de 2020

A sus órdenes




Este es un juego tan alegre que imaginamos rostros perfectos, sin lágrimas, sonrisas de ilusionista, oropéndolas cantando al amanecer, perros de ojos tristes lamiéndonos las manos, un gramófono de aguja malherida, un fado cantado entre las ruinas, el azar de encontrar lejos un milagro que nos acerque y nos deje expectantes ante el límite del futuro y la memoria, cuerpos desnudos bajo la fiera lluvia de agosto, acortan los días pero no sé si la noche llega a las ocho o a las nueve, no sé si llegará la madrugada.

 

De momento, sin fecha de  regreso, es lo que tiene ser soldado raso.

A sus órdenes

domingo, 30 de agosto de 2020

Solidario solitario




Solidario, reivindico la figura, la mirada libre, el cuerpo, su vacío, los ojos tanteando más allá de lo que ven, la memoria de cuándo no, la facultad de contar el ahora. Esta es una alabanza a la vida, a cantar como puedo, a subir al Faro y mirar dónde termina la tierra.

 

Los que viajan me han dicho desde una esquina que mire las calles, otras, que no vea el horizonte parcial, que más allá hay vida, otra.


Me da que es tiempo de volver al caos.

 

sábado, 29 de agosto de 2020

El relato

 

 



Por desgracia, el común de los mortales estamos al corriente de nuestros problemas por la aguda crisis sanitaria, económica y social que estamos sufriendo. Según nos pronostican “los medios” será mucho peor desde el 1 de septiembre. Como si no lo supiésemos.


“Los medios” han puesto de moda ahora eso del “relato” es decir cómo nos lo cuentan, no lo que hacen o dejan de hacer sino cómo cuentan lo que hacen y lo que no hacen. Qué majos.

Es decir, nada por aquí, nada por allá y zass, la banca, los mismos, siempre ganan, como en los casinos pero sin azar.

El “relato”, el otro, el real, es que el dinero, la pasta, la tengan siempre los de siempre, toda, los mismos. Contarlo bien, un buen “relato” para que no lo entendamos, palabras y juegos de manos para públicos complacidos con las migajas.

Estábamos todos tan felices, a lo nuestro y de pronto una enfermedad que viene de China, del pangolín, de un murciélago o del coño de la vela nos ha dejado cabeza abajo, atemorizados, no sabemos por dónde nos da el aire. Por eso hace falta un “relato” que nos lo explique, que nos lo expliquen.

Como estamos todavía a 29 de agosto, con mascarilla, he decidido que voy a disfrutar del fin de semana y ya, si eso, me empiezo a preocupar el martes por entender de qué va a ir esto.

Por cierto, se han fijado que hoy los “medios” no cuentan nada con chicha, están dejando las noticias para el lunes, están escribiendo el “relato” para septiembre.

Y Emérito I en Abu Dhabi.

Alivio,




Este es un juego tan serio que tenemos que inventar las normas cada día, nos las saltamos, vivimos, descubrimos un mundo en cada esquina, se nos rompen los labios de besar el viento, se nos rompen las uñas de quitar piedras a los sueños guardados en cajones ocultos, en armarios de habitaciones oscuras, en casas luminosas, en ciudades cada vez más blancas, más llenas de gentes de todos los colores. Pero me he comprado unas tijeras de podar y estoy dejando las nostalgias a punto de caramelo. Qué alivio, oye.

viernes, 28 de agosto de 2020

Los medios no son enteros.



Quería compartir alguna noticia “política” pero después de ojear varios periódicos me ha dado tanto asco que renuncio. En una pandemia que no cesa, con tantos muertos, tantas personas enfermas, tanto dolor, tanto miedo, tanta intranquilidad por el futuro es difícil vivir el presente. La “clase política” es una hiena que se muerde a sí misma. Se impone la tierra quemada, el quítate tú para ponerme yo, el cuanto peor mejor y el que venga detrás que arreé. Los “medios de comunicación” funcionan al dictado y cuentan solo lo que les mandan, cómo y cuándo quieren. Los “ricos” no quieren compartir ni un euro, quieren más, todos los euros. Los “pobres” queremos vivir dignamente. Entre la chapuza, la improvisación, la desidia, la incapacidad, el mamoneo, la caradura, los de siempre medran mientras el resto estamos aquí, esperando que no nos caiga el cielo encima. El tiempo pasa y todos hablan de septiembre como la frontera al abismo, veremos, faltan tres días. Y hoy. Vivamos.

La callada por respuesta



Aquí estamos, aúpa, que se acaba agosto, hoy es un día entre tantos, uno mas, un viernes que nos palpa con las yemas de los dedos los intersticios de la curiosidad, un escrito que no sugiere, ni busca, ni descubre nada, sin ecos. Doy dos pasos atrás, salto en su espacio, voy y vengo, texto equilibrista sobre un cable suspendido entre las riberas del Tajo, me aburro de contar, me aplaudo y sigo, me caigo y vuelo, miro, digo lo que digo y nada más.

 

A veces callo, y digo.

jueves, 27 de agosto de 2020

Bo

 


Esta mañana me ha parecido ver a Bo Dereck corriendo por la playa. Me he fijado bien y no, no era ella.


También me ha parecido verme en la playa corriendo como corría. Me he fijado bien y no, no era yo.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Al final se casan



Parker está sentado en la sala de espera de un aeropuerto perdido, con pensamientos oscuros incrustados en la parte posterior del cerebro, sumido y consumido en lo que era, en lo que ya no es aunque now todo es más fácil, no es la antesala de quizás o de nada, ahí está, en ese ahora, frágil, ligerito, imaginando cómo besar las manos de la mujer que ama, como se besaban ayer los pies de vírgenes de la piedad mientras una señora limpiaba cada beso con pañuelos blancos y los fieles oraban al fondo de iglesias oscuras, con dioses que mandaban plagas de sangre y llovían escorpiones, era un problema ser creyente, era un sin vivir, no se podía pecar, ni nada, que todo estaba mal visto, penado, que Parker se escondía en cuevas para lo del coito, como una fiera, como un caracol, agnóstico perdido…

Al final se casan pero creo que me he confundido de película.   

martes, 25 de agosto de 2020

We shall overcome



Señoras y señores, pasen y vean, que sí, que todo esto está muy bien, las redes sociales, los amigos virtuales, el amor virtuoso, las confidencias en mensajes que sí que no, todo eso es perfecto, claro, te veo pero no te veo,  te leo, a veces me gusta o me asusta y qué demonios dirá esta gente, señor, que lo mío es la gastronomía, la mía, el canibalismo, comerme a mí mismo, irme y volver, de momento estoy, aquí, no sé hasta cuando, eso, el cuándo, el cómo, el cuánto siempre son difíciles de definir, de concretar, también el aquí y el ahora, no estoy para eso, now baby, en este aquí y ahora solo quiero disfrutar de no saber (que cabrones, el tiempo y la realidad me están esperando al otro lado del muro). We shall overcome

lunes, 24 de agosto de 2020

Buzón.


Marguerite Duras decía: "Escribir es tratar de saber lo que uno escribiría si uno escribiera”. Tengo el presentimiento que lo que comparto aquí ya  lo he escrito antes. O algo parecido. No recuerdo si en esta reencarnación o en otra. A buenas horas lo digo. Por si hay algún espíritu sensible le diré que esto que escribo no tiene que ver con lo que vivo. Lástima que no existe un buzón de reclamaciones. Aquí.

domingo, 23 de agosto de 2020

¿Dónde dirigen sus miradas los que renuncian?



¿Dónde dirigen sus miradas los que renuncian?

 

Sobreviven en juegos de palabras, desterrados. Hablan a medias. El amor arrebató su esperanza, el placer del viento, la zozobra del encuentro. Bajo la insólita lluvia de agosto se mueven como grandes pájaros altivos, aquí y allá. Nadan en la soledad de una playa que bate el viento. Han quemado sus bosques, han saqueado sus graneros de esperanza. Les queda una piedra en mitad del pecho en esta distancia de la piel y el pelo.

 

sábado, 22 de agosto de 2020

El condado de lo efímero.



Parker recuerda aquel día en el que ya no estuvieron, condado de lo efímero, turbador regalo para los parias con olor a vino y reuniones en los parques. Camina desde el momento en el que en sus pechos crecía la madrugada hasta el erizado gesto con la mano abierta, incertidumbre y opaco símbolo, volver a casa, turbados, pálidos, descalzos por la soledad del pasillo, pisando los renglones negros de experiencias anteriores, no aprender, camino submarino con tiburones de veneno acechando en las mareas, puertos sin fábricas de harina de pescado, sin farmacias, sin iglesia ni curas barriendo los muelles con la sotana, barcos encallados en la barra, las velas rotas, capitanes aturdidos, el práctico abrazado a una sirena borracha, recuerdos, retazos de lo que nunca, detrás, detrás de todo no hay más que la nostalgia malsana de los que caminan hacia la muerte. Ay, madre.

viernes, 21 de agosto de 2020

El rugido del mar.

 



Parker ahogó el ruiseñor de la época alegre, cantos que se posaban en la rutina de dos cuerpos enlazados, desenlazados, embriagados y por fin atentos al aviso de la monotonía, hombres oscuros golpeando ramas, mujeres desafiando el miedo con albórbolas detrás de sus bocas ocultas. Por las noches estudiaba el canto de las gaviotas insomnes, cerca rugía el mar.

jueves, 20 de agosto de 2020

Piel a piel

 Antonio Saura  1930-1998   TÊTE, 1996 


En la distancia de piel a piel, en esa lejanía Parker encontró un sendero hacia el poema, un aliento entre límites y peces grises, rabia contenida de los meses bajo una cripta de besos. En el confinamiento se comió la rosa del idilio, pétalo a pétalo, polen y colibrís que libaban el sabor amargo del desamor. Así sigue (n).

miércoles, 19 de agosto de 2020

Parker y el absurdo




Parker llora, algo absurdo, con una pena absurda subiéndole por el pecho. Sin remordimientos ella gime de placer con las piernas bien abiertas en un dulce abandono mientras él llora sobre su cuerpo desnudo, los dedos ocupados en complacerla, sin tiempo para secarse las lágrimas, sin un segundo para organizar aquel caos de emociones, sus músculos en tensión, los ojos cerrados, húmedos, las caderas bailando y un rumor indeterminado detrás de la puerta sin cerrojo.

Al terminar (nunca termina, al momento ya la vuelve a desear), ella sonríe, le besa en los párpados, se viste, llama por teléfono a un cliente, con la mano le hace un gesto urgiéndole a que también se vista.

“Anda, vete, vienen en diez minutos”.

Parker se va.

Aún es miércoles.

martes, 18 de agosto de 2020

lunes, 17 de agosto de 2020

domingo, 16 de agosto de 2020

Flor seca


En un vaso, junto a tu dentadura, dejo la flor seca con la que marcaba el libro de poemas que me regalaste y que ahora yace en el basurero de la esquina, las hojas abiertas, garabateadas, los lomos rasgados, los te quiero arrancados.

sábado, 15 de agosto de 2020

Campanario.






Pues sí, que me voy quitando la ropa mientras subo por las estrechas escaleras hasta el campanario y me asomo ahí, desnudo. Abajo en la plaza se junta el pueblo entero. Grito ¡que me tiro, que me tiro! pero ni lo pienso, que son cosas mías para que me hagan caso y amago con una pierna, ¡uy!,  corean mis vecinos. El cabo de la guardia civil está que no sabe qué hacer y el cura, piénsalo, y la Conchi, embobada, que ya le dije que si no me la tiro, me tiro.

Y aquí estoy.

Total, que para lo que hay y visto lo visto pues no sé, ¡que no intente subir nadie que me lanzo al vacío! y se quedan todos quietos, haciendo visera con la mano sobre la frente porque el sol pega fuerte y algo tendré que hacer que vuelan bajos los vencejos y la cigüeña no vuelve y el autobús de las cinco está al llegar y ya que he subido pues eso, que ya puestos.

Detente, Paco- grita Conchi- , no lo hagas, no seas loco.

Pero ya no es loco o no loco, ya es una cosa de principios, ya es que si he subido hasta aquí ha sido por algo, no recuerdo por qué, que se me pone la cabeza por dentro en blanco y negro, que me están entrando sudores y lo mismo se entera mi madre o se lo cuentan o no lo entiende, yo qué sé.

Y me tiro.

Qué bruto.

viernes, 14 de agosto de 2020

Silencio



Escribano en la alberca del sentir,
el silencio es óxido que en mi se posa,
que me acusa de no saber morir.

Sentí el alminar que rompe la niebla.

Anegar esa tierra seca es dejar los ojos
sobre la repisa que la dulce muchacha recorre
con dedos untados en melancolía y cangrejos.

Vi girar la doble hélice del ADN.

El pájaro que atraviesa el silencioso agosto
emboza la magnitud de ser, la amnesia de aquel
que dulcemente llora en la espesura de si mismo.

Entré, por fin, en el sosiego de los mansos días.

jueves, 13 de agosto de 2020

El cielo según Google.

 


El cielo según Google de Marta Carnicero.

 

Es su primera novela, bien escrita, íntima, honesta, te hace sentir y pensar, que no es poca cosa

 

Escogí este libro por el título, imaginando algo relacionado con la red. Nada que ver, Google no entra en el corazón de las personas, Marta Carnicero sí, con sensibilidad y pericia, con elegancia, con buen hacer. Se lee de una vez. Recomendable.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Palabras escondidas


Pat Steir USA, b. 1940  GREEN MADRID, 1993 


Las palabras que se esconden detrás de las palabras dejan un gusto húmedo, un sabor de luz, un afán de estirar la curiosidad desde la rendija de la puerta hasta la ventana que se abre a un patio donde ronda el otoño en la ropa tendida, en los jilgueros enjaulados, en los ancianos que miran más allá de sus recuerdos rotos...

 

Detrás mis palabras hay palabras escondidas.

 

Nadie las encuentra.

martes, 11 de agosto de 2020

Floating fish


by Kikuji Kawada / 川田喜久治 Floating Fish and a Photographer Los Caprichos, 1975



José Lezama Lima decía que no esperaba a nadie y sin embargo insistía que alguien por fin iba a llegar. Si llegó o no es algo que no importa, importa la poesía, el poema, ahí, contagiando, sin antifaz ni disimulo, desnudo, como un amante tembloroso de deseo que no teme la desaprobación de aquella a quién ama, que presenta su pecho hundido, la mandíbula impaciente, el gesto insomne del que solo puede velar la alegría, circunvalar los límites del destino, preservar el secreto de su sonrisa. Pero no llega.

lunes, 10 de agosto de 2020

Una fotografía sobre la mesa



Encuentro una fotografía sobre la mesa.
Una mujer, bella, a su lado un hombre serio, barbado, alto, que la protege o preserva con su brazo, que la defiende o la aísla en ese posesivo acto, en esa distinción, una advertencia. Ella también está seria y mira a la cámara con ojos de espuma, al borde de la lágrima, incapaz de rebeldías ni distancias, ajena. Pero está ahí y eso deja el mañana abierto.
Quién lo iba a decir.
Sin embargo el tiempo difumina los colores, los instantes detenidos, ella saliendo de su ayer y entrando en mi hoy, sentada a mi lado en el autobús, cada día, azar o designio, suerte o desgracia, conversaciones en la mañana desganada, en el regreso de cincuenta kilómetros, tiempo suficiente para las confidencias y los anhelos, los sueños guardados en una caja de madera junto a cartas en papeles amarillos, un anillo, una tarjeta con una dirección que ya no existe, con un nombre que sí.
Ni en su casa ni en la mía, escogimos la habitación de un hotel discreto, cuando nevó, cuando se cortó la carretera, pretexto y garantía, discreta disculpa, subterfugio, aval y defensa, barrera a la suspicacia. Ese fue el principio.
Estaba escrito.
Su acento francés, sus modales suaves, su cuerpo encogido, sin hábito de besos, de caricias, con un feo color morado en el muslo. No hablamos de ello, no tuvimos tiempo, nos precipitamos en un río de esperanza, de manos y piernas, de labios, de suspiros, de un sueño fabricado después de los días de trabajo monótono. Y pensar que no me gustaba, que me pareció un fastidio su primer buenos días, la interrupción de mi lectura, mis pensamientos ensimismados. Fueron once meses.
Otra fotografía, tomada con el móvil, el último encuentro. Volvió a París. El trabajo, otro traslado, inesperado. Los dos reímos, sin ganas, quizás el sueño estaba agotado y era lo mejor. De sexo pasó al amor, del amor a la costumbre, de esta volvió al sexo y de ahí al bostezo. Se nos acabaron las disculpas, la rutina cegó las ansias del principio. Fue lo mejor, que se fuera, con su hombre barbado y su necesidad de ternura, con sus silencios prolongados y su mirada a un horizonte en el que yo apenas era una sombra bajo un árbol.
Ahora viajo solo, nadie se sienta a mi lado.

domingo, 9 de agosto de 2020

¿Are you kidding me?




Pisoteo los lirios y los jazmines, doy patadas a los pedestales, escupo en la sopa de un menesteroso que canturrea entre sus greñas ¿Are you kidding me? ¿Are you looking for a fight?, empiezo a golpes y parezco un molino, esta es la batalla de Cascina y Miguel Ángel sabía lo que pintaba. Lo que no quiero es ser John Olmes (solo una parte, esa). Lo que quiero es que se asome al balcón la princesa de los cuentos del siglo pasado, ya encontraré la escala, ya subiré por sus trenzas sin cortar, treparé, volaré, morderé sus labios con mi boca llena hoy de espuma rabiosa, recitaré con Mark Strand que “la puesta de sol. Los prados ardiendo./ El día perdido, perdida la luz. / ¿Por qué amo lo que huye?” y al final se casan y son infelices por siempre hasta que la muerte (del amor) los separe y se refugien en paraísos que son selvas, aquí, donde digo luz y es casi negro, digo alcaraván y se me echa a volar la imaginación hasta unas nubes pintadas y temo que todo esto sea un juego de play station (2) y este avión lo pilota un enajenado con los ojos vendados, no hay paracaídas para todos y desde el confín del universo un ángel rojo sentado en un agujero negro agita su tridente y ríe. Acojona ¿a que sí? pues verás cuando llegue el juicio final y los abogados estén en huelga, las togas sin planchar, paguen pecadores por justos y tengo el seguro caducado, sin cobrar el último recibo de la iglesia de los fieles infieles y he olvidado el salmo número diez, el que se canta cuando no queda esperanza, cuando el texto de hoy ya está y os beso a todos los que me leéis, una por una, uno por uno, en la frente, agradeciéndoos con ceniza en vuestra cabeza este esfuerzo de llegar hasta aquí, subir la cuesta de la palabrería y evitar que se destiña la tinta que sudo y un comentario en no sé dónde decía que en la mayoría de los blogs y muros se escribe para que les quieran, hoop, yo escribo porque os quiero, hermosos. Hala, vale por hoy, mañana más. Volver, revolver, envolver, entender. O no, al gusto, al vuestro.

 

sábado, 8 de agosto de 2020

Cebollas

Emmy Lou Packard Wood & Linocut ‘California Morning’ ca.1950s.



Mientras aquí jugamos  con palabras de autoengaño no hay lugar para tormentas de incomprensión y conflictos, no cabe desesperanza, ni insatisfacción no hay espacio para otra cosa que no sea mecerse en las respuestas mullidas, en la espera absurda de otro agosto como aquel agosto,  en los secretos que ella me desveló como una cebolla incesante. Sigamos jugando.

viernes, 7 de agosto de 2020

Desde aquí hasta aquí

Ron Francis (1954-) Australia


Esto (es decir esto) tiene un límite, llega desde aquí hasta aquí  (y hace el gesto con las manos).

 

A partir de ese punto empieza el hastío, sin vuelta atrás, sin remedio, sin otra solución que continuar como si nada hubiera pasado (o cerrar la puerta y volver al principio, o buscar nuevos horizontes, o dar fuego a la barraca y aquí paz y después gloria).

 

 

 

jueves, 6 de agosto de 2020

Schneiders

Toni Schneiders


Jorja Smith canta, Yma Sumac cantaba, Panero habla y deja poemas como insultos a la inteligencia de los inteligentes y yo no entiendo, por eso es estimulante el diálogo aunque sea entre biombos, aunque las mascarillas, aunque las distancias, aunque los antifaces y las mentiras empiecen a ahogarnos y nadar bajo el agua tiene el límite de la capacidad pulmonar del que se desliza entre ondas y peces, entre algas que ocultan y arrecifes que desgarran el confiado casco de cargueros surcando mares transparentes pero, desafiando olas y espumas, monstruos marinos, cachalotes y orcas agresivas, salvavidas atrofiados que miran sin ver desde su altura en playas en las que ya no caben los que no saben nadar, los desplazados, los apátridas, los diferentes, los que no se enamoran ni de sí mismos, los últimos en llegar sin haber salido y hay días que no está uno para nada aunque la lluvia siga sin traducción y la geografía de la gloria siga dentro de una incógnita de exploradores impotentes, de olas en la piscina mínima de un jardín japonés que no sabe usted con quién está hablando y ni con un zumo mañanero de orquídeas rojas se dilatan las pupilas de los dormidos voluntariamente, hay que ver, que entre un insomne feo y la bella durmiente no sé con quién quedarme y aunque no estuve en Pompeya a veces me siento sepultado bajo montañas de lava aburrida, de materia gris incapaz de traducir alfabetos turbios, que los pájaros cantan siempre la misma canción, que estamos aburridos de pájaros, de los mismo pájaros, de la misma jaula, del bosque donde nos perdimos hace años, entre lobos y sacamantecas, en la oscuridad, en el silencio, en el peligro de incendios, destrucción del maná, frutos, raíces, recuerdos bajo la corteza, amo a Carmen grabado en el tronco, añoranza del deseo, de aquel deseo poderoso bajando de cumbres en las que apenas se podía respirar, repetición del miedo, vuelta de tuerca al no ser, a la inconsciencia, al punto cero, hay mañanas que divago, como esta, de cielos azules y nubes dentro del pecho, de dolor sin saber la causa, de una desesperanza tal que meto la cabeza bajo una piedra y si se cae el mundo que me pille dormido. Lástima de insomnio crónico.

miércoles, 5 de agosto de 2020

Silencio de agosto

Tony -Schneiders


Que no llegue el silencio de agosto aunque las hogueras han comenzado a brillar. Nos queda la playa aunque el resto también es arena que va cubriéndonos como a una ciudad olvidada en el desierto olvidado de un mundo olvidado. Si esto es una metáfora vamos a ninguna parte, o hacia atrás, o esto es nada y hemos perdido la memoria,  como mínimo. Eso sí, con mascarilla.

martes, 4 de agosto de 2020

Absurdo




Al segundo de compartir un vídeo de un grupo noruego de hard metal (ni me atrevo a decir su nombre)  se han disparado todas las alarmas de Facebook. Me ha enviado un mensaje amenazador advirtiéndome de mi pecado  y me han cerrado la cuenta durante 24 horas con serias advertencias por si repito un acto de delincuencia similar. Como solo hablo noruego en la intimidad no sé qué maldades proferirán estos mozos del norte pero me he quedado entre asustado, anonadado, enfadado, varios ados más incluyendo esta cara de pasmado En fin, hasta mañana (si FB quiere).


lunes, 3 de agosto de 2020

Mi tragedia


 Antonio Saura  1930-1998   TÊTE, 1996 

Desde niño me ha gustado sobre todo leer y escribir. Cuando mis compañeros del colegio jugaban al fútbol, a baloncesto, a violentos deportes que no me atraían en absoluto, en una esquina del patio devoraba novelas de Alejandro Dumas, soñaba, escribía sagas de aventureros en imaginarias islas pobladas de guerreros feroces e indígenas obsequiosas, emocionadas loas a la primavera, al amor, a una niña rubia que vivía en mi escalera.

En mi adolescencia continué leyendo y escribiendo mucho, a veces escuchaba música, apenas hacia otra cosa. Gané algún concurso con mis poemas de fondo social, arrebatada poesía que quería cambiar el mundo. Jamás se los enseñé a nadie, tampoco los versos que dedicaba a Gloria.

Unos años después descubrí internet, los blogs, el medio óptimo para dar salida a mi ingente producción literaria. Comencé de forma tímida, publicando algún cuento corto, artículos de opinión, pensamientos que desarrollaba con un fondo poético. Lo mezclaba con fotografías y vivos colores de fondo, con música.

Recibía muchos comentarios y me animé. Subía un post todos los días. Esto que en principio me resultaba fácil, poco a poco se convirtió en una esclavitud, me llevaba demasiado tiempo y repercutía en mi trabajo, no me llegaban las horas para todo. Busqué un patrocinador. Un grupo industrial me firmó un contrato de exclusividad, por un pequeño banner con su logotipo me pagaba un buen sueldo solo por el compromiso de escribir diariamente en el blog.

Así estuve dos años, justo hasta que se terminó mi imaginación y mi reserva de textos. Mis benefactores se quejaron. Entonces busqué alguien que escribiera por mí. Por medio de un amigo argentino me puse en contacto con escritores profesionales, esos que se inventan un texto a tanto la línea. Contraté a uno de ellos. Fue un negocio abusivo ya que después de firmar descubrí que eran un grupo de cinco prosistas que siempre trabajaban juntos. No solo eso, al recibir los primeros textos descubrí con asombro que estaban escritos en chino. Tuve que contratar a varios traductores que tardaron varias semanas en enviarme el trabajo, bien pagado por cierto. Al intentar leerlo comprobé que, por su cuenta, lo habían volcado al euskera. Para salir del paso hablé con mi amigo Iker que, previa invitación a varias cenas en el restaurante Euskalduna, tradujo a su manera lo que me habían enviado los chinos, que, a su vez, habían interpretado lo que escribieron los argentinos orientales, quién, luego lo descubrí, no habían hecho otra cosa que copiar y pegar de la página de un colectivo literario de Pekín. Para colmo, ante mis cada vez más prolongados silencios en la red, dejé de recibir visitas y comentarios. Como consecuencia mis patrocinadores cancelaron nuestro contrato, dejé de cobrar.

Resumiendo, me encuentro sin imaginación, sin trabajo, sin textos que publicar, con una enorme deuda con los escritores –que me siguen enviando sus trabajos copiados-, con los traductores chinos y con el insaciable apetito de Iker que me amenaza con revelar a nuestros comunes amigos quién es Glup en realidad. Para colmo los dueños del blog pekinés me han demandado por plagio y piden una cantidad desorbitada. No publico, ya para qué, nadie entra a mi página. Estoy desesperado.

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