martes, 30 de abril de 2019

Disciplina

Fotografía: Dena Flows



Durante mucho tiempo hice lo que debía, con disciplina, era lo que era, no sé si fui afortunado o estúpido. Ahora, dentro de lo que puedo, intento hacer lo que quiero, aprendo en el ocio y en la contemplación, en el intercambio y el diálogo, en la escucha atenta de la naturaleza. Hay veces que pienso que me estoy quedando sordo, otras que ya me he quedado. Voy a volver al rock y que me quiten lo bailao.

lunes, 29 de abril de 2019

Eso mismo.



Veo venir por la alameda tiburones  que conducen automóviles verdes, espero a una niña sentado al pie del árbol de la paciencia, hay caballos en la bruma y mi corazón es (era) un campo sin sembrar ajeno a la lluvia y a los ojos de los gatos, el sol ha envejecido y rebusco entre los montes y los prados verdes de abril  el espíritu de aquello, lo que era, lo que fuera y ya no, hay nubes errantes, sacudo el mantel sobre el precipicio de no verme. Eso.

domingo, 28 de abril de 2019

Reflexiones de un viajero que ha viajado poco.



Llevo un tiempo aquí y compruebo que en mi tierra, en lo mío, ahí, en mi pueblo, cerca de donde viven ustedes, donde vivía antes de llegar aquí todos somos iguales o bastante parecidos, los hombres no hablan de sentimientos porque es algo gay, las mujeres no follan porque es de frescas, total que nos dedicamos a subir al monte y después a tomar vinos hablando de tonterías para terminar en la cama solos o peor, con otra para nada o para eso, o misionero gris, soporífero, que ella piensa que mal folla esté tío que acabe pronto y él piensa que mal folla está tía ¿seré yo?

Debo añadir que todos somos blancos, con boina y feos, el que no lleva boina por fuera la lleva por dentro y el que es guapo lo disimula para que los demás no crean que es gay, joder, ya te digo, qué fijación con eso, que total no folla nadie, si es igual con quien no folles. Pues eso, que aquí, en este otro país, tan grande,  el personal es diferente, o lo parece, que no he hablado con todos, de momento y unos son blancos, otros negros, amarillos, verdes, con antenas, hay para todos los gustos y, que cosas, entre tantísima gente, son amables, son muy majos en general, menos Johnny Brown, mi vecino de al lado, que es un caucasiano  hijo de puta que deja la basura en mi puerta y tiene tres gatos y un chihuahua.

Pues eso, que estaría horas contando estas cosas de aquí pero tengo que desayunar, luego una reunión con una artista de lo suyo que pinta tractores y quiere que le asesore, ya ven, comida rápida en un sitio raro detrás de una cortina roja,  a la tarde otra reunión en un hotel, con Sue,  y a la noche cenare en el Taka Taka, donde Beatriz (me hablaba en inglés hasta que me dijo que era de Sangüesa) o tomaré una hamburguesa con pan de pita, humm, tonterías, esta es mi vida en esta ciudad tan grande, otro día les cuento lo de Melissa, vaya historia.

sábado, 27 de abril de 2019

Fantasmas con cofia


Les Différents Publics de Paris. 
Gustave DORÉ.


Que sí, que sí, que en estos muros se producen momentos curiosos, por eso  traigo cada día a alguno de la mano, tan tímido, saluda a estos señores, da un beso a la tía, vete a jugar con el primo Aurelio, no te manches los pantalones que luego me mato a planchar, no te despeines, cómete toda la merienda, sé educado, trata bien a las chicas, sé obstinado, sé tú mismo, sé. Al fondo varios fantasmas con cofia y un plumero en la mano derecha se ríen por lo bajo y hay pasteles sobre la mesa del comedor. Ñam, ñam.  

viernes, 26 de abril de 2019

Nubes pintadas.

Tantas cosas son ahora recuerdo mientras camino en el relente de la mañana bilbaína, las manos en los bolsillos, la secuencia final de “Los 400 golpes”, la barandilla desde la que saltan los suicidas, la polvareda de pensamientos azules bajo la parra, ignorar que aquello era como era y mantener la hoguera en la intemperie de, intento de cortejo en la expresión, decirlo así, asá, modificar las palabras, quién lo sabe, cada día inventamos una brizna de originalidad para ser diferentes, otros, rebuscar entre todo aquello que en un tiempo era importante, conversación con Melissa por la calle principal de Greenwich (Connecticut), ¿conoces a Steely Dan?, no, ¿conoces a Buffalo Springfield?, no, tantas cosas no sabía, tantas cosas no sé, todo va tan rápido que apenas puedo asimilar lo nuevo, me quedo con el sentimiento y el intento de ahuyentar la melancolía, sé que esa nube negra está pintada, pero sale en todas las fotografías.      


jueves, 25 de abril de 2019

Teresa Salgueiro


Hubo un tiempo en el que fui alexitímico, los labios de Teresa Salgueiro me despedían en puertos que no habían conocido el mar.

En abril los estorninos dibujan en el cielo  un caos de plumas, las gaviotas apenas rozan la ría con sus alas, después se posan e invaden los jardines como en una película de Hitchock mientras los homeless lloran bajo los puentes que nunca cruzaron, incógnita del otro lado, misterio de no haber sido.

Hubo un tiempo en el que fui alexitímico, ya no lo soy pero los labios de Teresa Salgueiro aún me despiden en puertos que no han conocido el mar.


La alexitimia es un trastorno neurológico que consiste en la incapacidad del sujeto para identificar las emociones propias y, consecuentemente, la imposibilidad para darles expresión verbal.
Se trata de un trastorno muy extendido entre la población: afecta a una de cada siete personas.
Los neurólogos han observado anomalías en una zona cerebral cuya función sería la de vincular el crisol de las emociones con la zona que toma conocimiento de estas emociones, las analiza y las formula. Los alexitímicos, en lugar de mostrar una actividad cerebral adaptada a la intensidad emotiva de la situación, como es el caso normal, manifiestan una actividad o demasiado débil o demasiado intensa, que perturba la apreciación justa de la experiencia emocional.

miércoles, 24 de abril de 2019

Mariposas negras


Nicholas Alexander Chistiakov. Study for a portrait of a man, 2012.


Se me llenan los dedos de mariposas negras y el movimiento de las manos desata una tormenta de presagios, de futuras calamidades. Apenas me muevo para no llamar a los espíritus del recuerdo, la nostalgia vestida de blanco y mentira, no hay nada, no queda nada, la cosecha de ternura está agostada y solo queda dolor en mis párpados e indiferencia en el corazón. ¡Estúpida!

La vida está pasando y no sucede nada de todo aquello que nos prometieron, no he pecado y resulta que no hay cielo y el infierno es esto, seis días y cuatro horas, sin verla, huérfano de su voz adversaria, escondida entre los lirios de su trabajo, tan importante. Cruel, sin corazón, tan pagada de sí misma.

Irme lejos de mi corazón no ha solucionado nada y vuelvo una y otra vez, madrugador  sobre mis pasos contradictorios, intentando pisar sobre las huellas, no vaya a explotar lo imposible del regreso. Rápido, rápido, nunca ha estado a mi lado, no me quería, taimada, interesada, egoísta, aprovechada, soberbia.

No quiero verla más.

Joder, cómo me cuesta dejar de quererla.

martes, 23 de abril de 2019

Benito Jacovitti


(Benito Jacovitti)

¿Reggae?, vale,  bailamos como tú quieras, aunque soy más de boogie boogie, de mover las rodillas y caderas, alehop, como aquellos pájaros que volaban hacia la isla de la fortuna perdida en mitad de un mar oscuro, indiferentes a la tormenta formaban triángulos o volaban en zigzag,  eludiendo los acrobáticos saltos de los tiburones, como en un juego de la Wii o así, un dios burlón movía las coordenadas y hemisferios y la isla estaba ora aquí ora allá y los pájaros planeaban sin descanso buscando las corrientes cálidas del viento,  el impulso de su ansia por llegar sin saber que las tortugas contaban con ellos para subsistir, triste destino pasar del ancho y libre cielo al estómago de un galápago y la Reina de los gatos lo contempla todo desde una ventana mientras en el cielo se brasea la tarde inhóspita de catedrales en llamas y clérigos desconcertados, obstinados, esto es pecado y eso y aquello, todo es pecado y el infierno es nuestro destino o era hasta que la arquitectura del cielo desveló que había muros y fronteras, un abismo  y la tierra prometida era para el pueblo escogido y así no hay quién se entere de qué lado está, siempre estoy con los que pierden  y se me quedan los adioses entre los dientes y el paladar, ásperos, ácidos como aquellos limones amarillos y verdes del JK y quiero contar algo y no sé si no me atrevo o simplemente no me sale y por eso dejo en el blog esta sarta de absurdos, un comic de Jacovitti, ya me gustaría pero no se puede estar a todo y esto de hoy es nada, ya, salud.      

lunes, 22 de abril de 2019

Untitled

Jean-Michel Basquiat Untitled, 1988


Ay, mujer caprichosa que ignora que esta mañana, antes de salir a mi diario caminar entre los fríos del amanecer y las nieblas propias de estos inhóspitos parajes, entre salteadores de caminos y tiernas mozuelas que reparten la leche de sus vacas, desde los caseríos de las cimas de los montes al valle donde moramos, ay, ya, que esta mañana, decía, al revisar lo que colgué anoche he entrado directamente a las entrañas de la Bestia, justo allí donde dejo mis tesoros, mi Smaug vigilante se ha dormido en esta ocasión y ahí estaban, mis creaciones y recreaciones, desnudas,  expuestas a las malas artes de cualquier malandrín que podía haber cambiado arte por parte, o yo por hoy, o o por a, pues eso, ahora que he vuelto, duchado, afeitado, desayunado recuperado de los esfuerzos físicos, que no de los mentales, te complazco, como no, y plom, pulso  en enérgico Click hasta acceder a mis poemas escritos en otro tiempo, en este país, en momentos en los que aún soñaba con trenes y viajeras, ya no, que me desplazo andando. Pues eso, que ahí estaban, todos. Tranquila, mujer majestuosa, extienda sus brazos protectores sobre este pobre amanuense que apenas sabe decir la p con la a, pa. Todo está en orden. O así.

domingo, 21 de abril de 2019

Lago 10 (final)




Allí estaba ella, fascinada, que es tan respetable como no estarlo o algo así.

Fascinación: Atracción o seducción irresistible que siente una persona hacia alguien.

Recuerdo que nos encontramos en una noche de cuartos de hotel y pasillos desiertos, pero esa es otra historia y no procede contarla ahora que ella está fascinada con un gesto que dice sí y dice no y el artero ladrón de ilusiones juveniles está empeñado en que lo sepamos. Nos queda menos. 

Así pues dejémonos de cuentos y gestos,  gemidos fingidos y ásperas palabras cuando no, el tiempo es un asesino despiadado y no hay nada que hacer, bueno sí, refugiarnos en nosotros mismos, darnos asilo, querernos hasta que la soledad sea nuestra amante y lo que tenga que venir, vendrá. ¿A que sí?   

Fue bonita aquella historia en blanco y negro. (¿Seguro?)




Por cierto, estas diez últimas ilustraciones corresponden a trabajos de Lino Lago


Fascinum viene del latín fascinare, encantar.


Fascinare viene, probablemente, del griego baskanos, de igual significado, forma tracia del ático phaskein, decir. Baskanos, de hecho, hace en latín fascinare por influencia del latín fari, hablar, como demuestra que fascinar, en Germano, se diga besprechen y decir sprechen. Baskanos es un término conocido en la traducción de la Torah al griego, la Septuaginta, en la que se habla de la envidia. Lo fascinante sería lo envidiable. 

La acepción de fascinar como atractivo, delicioso, es del S. XIX, como resultado metafórico de que algo es capaz de hablarte para seducirte, que no deja de ser la cara positiva del mal de ojo, para encantarte. De hecho en el mismo verbo encantar, de cantar, viene implícito el hecho de decir, porque el canto es una forma de decir. 

De suma importancia en Roma. 

El más importante fascinum, el original de todo, se guardaba en el Penus, que era el almacén del templo de Vesta destinado a guardar también los Penates, entre otros objetos sagrados. Este ídolo se exhibía públicamente en determinadas ocasiones, como durante el Triunfo, la ceremonia de celebración de una victoria militar, cuando se ajustaba durante el paseo triunfal al carro del general victorioso. Pero también se conoce la participación de representaciones suyas en fiestas populares, como las Liberalia, las celebraciones en honor a Liber (el Baco romano, por así decir). En esta ocasión la imagen del dios era conducida del campo a la ciudad acompañada de otras imágenes de falos y entre cantos lujuriosos, con el objeto de favorecer las cosechas y protegerlas, precisamente, del fascinum o fascinatio “mala suerte, fascinación, encantamiento”, es decir, de los perjuicios que provoca el “mal de ojo”. mirada aviesa, etc.), es el poder maligno que determinadas personas, a través de su mirada penetrante, aguda o considerada simplemente extraña por alguna anomalía en los ojos, son capaces de ejercer sobre otras personas por la envidia que les provocan (de ahí la denominación del Fascinus también como medicus envidiae ). El empleo de su imagen con fines apotropaicos (de protección) –a veces una simple columna fálica- era común en numerosos lugares: en las entradas de las casas, las tiendas, las herrerías, edificios públicos..., aunque muy especialmente delante de las huertas y de los jardines. Por lo que se refiere a su uso personal, se sabe que las mujeres romanas llevaban figuritas de bronce en forma de genitales masculinos colgadas de los collares, y que también era costumbre colgar del cuello de los niños ciertos objetos con forma obscena ( turpiculares ) para que no les pasase ninguna desgracia. Su empleo como protección mágica contra las malas influencias hizo del fascinum un sinónimo del genérico amuletum , aunque especializado en la prevención contra el mal de ojo, pero también en la propiciación de la fertilidad femenina. No en vano, el intricado nodus herculeus con el que las mujeres ceñían sus túnicas el día de su matrimonio, era considerado fascinum por cuanto suponía de garantía de fecundidad (el nombre se explica por la creencia de que Hércules había tenido 70 hijos). Por lo que se refiere al mal de ojo, uno de los medios empleados para evitar sus efectos era intentar desviar esa mirada fascinadora haciendo uso, precisamente, de los amuletos. La idea de que el recurso a imágenes monstruosas, ridículas u obscenas tendría como propósito provocar la risa para, de esta manera, distraer o disminuir la fuerza de la mirada, se relaciona en la historia de la gestualidad romana con otra bien conocida representación del falo, también asociada a la risa: cerrar el puño haciendo ostensible el dedo corazón medium unguem ostendere ... El carácter entre procaz y burlón que se le atribuía a este gesto, que reproduce inequívocamente un pene erecto (de ahí los otros nombres del dedo: infamis, impudicus ), se ve bien reflejado en este epigrama de Marcial: “Ríete con ganas, Sextilo, de quien te llamó afeminado levantando el dedo corazón” En lo que insiste el poema priapeo: “¿Te ríes también a mi costa, ladrón, enseñándome el dedo impúdico cuando te amenazo?” Y al mismo código remite tanto el gesto como la forma de nuestra “figa / higa”, también conocida en la Antigüedad como “mano impúdica”, pues, al introducir el dedo pulgar entre el índice y el corazón con la mano cerrada, se supone que representa la cópula heterosexual. Aquí se da nuevamente una identificación semántica entre amuleto y sexo, puesto que la figa / higa (del latín fem. ficus “higo” –fruto asociado a Príapo), no refiere sino el sexo de la mujer. De hecho, y como queriendo aumentar el poder de protección del fascinum muchos amuletos combinan ambas figuras, el falo en un extremo y la figa en el opuesto. Si a esto añadimos la consideración de la exhibición impúdica del sexo femenino como un gesto entre burlón y amenazante en la mitología de Baubo (la “vulva mítica” helena) vemos cómo el sexo, la risa y la protección mágica son ideas estrechamente vinculadas en la Antigüedad clásica. En la mentalidad romana esta interrelación es ilustrada de manera bien gráfica por la literatura que tiene como protagonista la figura de Príapo. Este dios griego fue incorporado a los cultos romanos por su fácil identificación con Fascinus y otras divinidades latinas menores caracterizadas por su aspecto salvaje y exuberante sexualidad (Fauno, Silvano –a su vez correlatos de los sátiros griegos). Aquel dios, al que la iconografía griega mostraba como un personaje excepcionalmente dotado, o simplemente como una turgente metonimia del dios (destacándose “la parte por el todo”*) estaba especializado, al igual que sus afines romanos, y particularmente, en la protección y estímulo de la fecundidad de los campos. (Comentario de  DELLWOOD en http://foro.elaleph.com/viewtopic.php?p=654037)



sábado, 20 de abril de 2019

Lago 9




Su voz me acarició como una casa vacía, una noche hueca resonando bajo la bóveda del autoengaño, las copas de los árboles del parque se mecían en el abril de minutos lentos y charcos de colores con reyes decrépitos de caderas rotas. Ahí te quedas -dijo-. Y me quedé.

viernes, 19 de abril de 2019

Lago 8




En una oscuridad de relojes sin besos, se cernía una primavera desmedida, aún, un horizonte de flores y hojas que brotaban con la complicidad de las estrellas que un día señalamos como nuestras, cincuenta. No pasaba mucho más.

jueves, 18 de abril de 2019

Lago 7




Las olas aullaban con intimidantes jinetes de espuma, los amantes jadeaban en un amanecer de perros negros.  el magnolio se desplegaba en flores inconscientes y blancas, los  feligreses se arrodillaban frente al altar de dioses sin hogar. Yo no me enteraba ni de esto ni de nada.

miércoles, 17 de abril de 2019

Lago 6



Cuando estaba prisionero en un mar de mentiras, sin saberlo, mi nombre era piedra, tanteaba en varias direcciones para encontrar una salida, ángeles pelirrojos con alas rotas me engañaban señalando diferentes caminos, me quedé sentado, esperé, esa fue mi solución. Nadie me enseñó el camino de regreso. 

martes, 16 de abril de 2019

Lago 5



Me levanto, quiero mirarme dentro pero las murallas rechazan a Josué y a las trompetas, los ejércitos del pudor no me dejan ver (me), hay mil insectos enamorados entre la hierba y el jardinero es un dios malhumorado. Vuelvo a tumbarme en la hamaca.

lunes, 15 de abril de 2019

Lago 4



Sentado al principio de la semana, busco lo que no es, las cajas están ordenadas, numeradas, los calendarios se apilan sin eclipses y extiendo los brazos como un profeta para que los días caminen así, paso a paso, sin correr, sin pararse, sin cansancio, recuerdo bien cuando corría.

domingo, 14 de abril de 2019

Lago 3



Atrevimiento de entrar en el jardín donde cada flor está llena de color, olor, una función estética o aroma de abejas zumbando, girando, sin atreverse a posar el vuelo no vaya a ser qué, no vaya a ser, vuelo constante, círculos en la nada, se me está yendo la onda.

sábado, 13 de abril de 2019

Lago 2




Miro alrededor, fuera, los planetas giran en sus órbitas sin sobresaltos, tal y como debe ser, no hay noticias del solsticio, ni de la lechuza, el mundo está donde estaba, soy Otro, soy ajeno a lo otro, a la fragilidad, soy lo que me queda por vivir.

viernes, 12 de abril de 2019

Lago 1



El viento riza la superficie del arroyo de la duda, el hocico de la bestia asoma en el mármol, acaricio la garra del animal que ruge en lo oscuro, pesan los sueños detenidos, pesa el desprecio, el óxido de la promesa no cumplida.

jueves, 11 de abril de 2019

Francés.



Mujer que vives en el linde con  Francia y no te gusta el francés. Has de saber que  es como todo, cogerle gusto, a veces no hace falta ni pronunciarlo, solo afición, que hay personas que no, como tú, hay personas muy suyas que parece que te dan una idea y no, solo te la prestan, se mira y no se toca, eso de no tocar era cosa más de antes, cuando se tocaba menos, y el francés ni pensar, por la pronunciación, que hacer dos cosas a la vez es complicado, sobre todo para algunos, no los que vienen aquí, a leer, no. Es que no se puede estar a todo, yo mismo hay veces que pienso y me quedo como alelado (es decir como siempre pero más) que me dicen “¿qué te pasa?” y yo, “nada, que estoy pensando” y es barato, pensar, sentir, en cambio, puede ser caro, hay niveles, hay algunos que no sienten, no sentires del tres al cuarto, eso no, me refiero al sentimiento que te agarra las tripas del alma y te enajena, que solo piensas en el otro o en la otra, que no puedes vivir, que te falta el aire, que se te va la vida por un agujero en el corazón, que te cortarías las manos por estar con él, con ella pero, entonces, cómo le acariciarías, con qué ternura de dedos, con qué selva de labios y líquidos, de fluidos del alma y otros lugares, dibujar su cuerpo desnudo y vestirlo, morirte en sus brazos. Ay, el francés, qué gran lengua. Je t´aime.

miércoles, 10 de abril de 2019

Qué raras sois, chicas.


En esas conversaciones recurrentes sobre la mejor tal o la mejor cual de lo que sea, cuando hablo con amigas sobre la escena más erótica de la historia del cine, ocho de cada diez dicen que para ellas es esta de ahí arriba.

(Qué raras sois, chicas)






martes, 9 de abril de 2019

Movimientos pendulares



Tengo la cabeza llena de humeantes naves de StarCraft, una consecuencia de largas  horas de batallas planetarias. "Ya te vale, tío". Eso mismo me dijo el de la Fnac, que me miraba como a un alienígena, que me habló de orcos y yo de Mengsk, que me habló de Command & Conquer y yo de Age of Empires II, tantas horas de partidas solitarias tienen esta consecuencia, pierdes el sentido de lo que es, que se me está olvidando hablar, no digamos relaciones más profundas, esas cosas del sentimiento, aunque  “lo peor del silencio es que te deja oír las voces que hay dentro de ti” que dice Ignacio del Valle y por eso mi casa está llena de música, cantan los fantasmas de los Beatles muertos y alguno vivo, Bach y Thelonius a lo suyo, el piano y aquella baronesa Nica que cuidó su vejez demente entre gatos, frente al Hudson, algún día escribiré sentado frente a una ventana abierta a un Central Park bajo la nieve, que es lo que tiene este medio, que se ve eso, la mitad, no quién o cómo eres, no, solo lo que imaginas de,  una suerte, que uno no es lo que era, uno no es nunca más aquel que fue, “bitter when i´m old” que cantan (ahí abajo) Fathead, uno es, qué suerte, asomarme a este balcón y farfullar sin medida ni crítica (excepto la mía propia), sin miedo y sin freno, estimulado por, leyendo Esquire y todo lo que entra en ese pequeño objeto de 469 gramos de peso con cientos de libros, oh, gloria al iPad, que me lo llevo por plazas y autobuses, a la cama, qué suerte poder llevarse algo a la cama ya que no me llevo a alguien y me van ustedes a perdonar pero me duelen los músculos del cerebro, si los hubiera, mañana más. Besos a granel (y a ustedes).


lunes, 8 de abril de 2019

Lo real



Está claro, lo real es lo que veo, lo que toco, lo de alrededor.

Es mi cuota de negocio, la cifra, los días a jornada completa, compleja, de trabajo, los empleados a mi cargo, los plazos del Audi, la reserva del campo de golf, la cena de los martes, los fines de semana tumbado en el sofá, los pagos mensuales a Elisa.
Lo real es el proyecto para los franceses que debemos entregar antes de mayo, las horas que no serán suficientes, la entrevista con el director de recursos humanos, mi cita con el abogado, la visita quincenal de Mercedes, mi hija que se hace tan mayor.

Ahora son las nueve de la noche y el despacho se ha quedado a oscuras, la pantalla del ordenador, negra. Maldito apagón.
Ahora lo real es esta sensación de vacío, esta opresión en el pecho, el silencio en toda la oficina, en mi corazón.
Ahora no sé bien quién soy, ni qué hago aquí, si debo volver a casa en metro, en autobús o caminando. No quiero recordar donde está mi casa, no quiero volver ¿para qué? Puta vida.

domingo, 7 de abril de 2019

Alboroto



Quiero alborotar/me, ponerme del revés, que me suba la sangre a la cabeza, que fluya la sangre (solo por dentro de los cuerpos, sin derramarla), despegar lo cotidiano hasta hacerlo nuevo, no pintarlo por encima, no, descubrir el más allá, lo nunca visto, mentir si fuera necesario, te amo, eso se lo dirás a todas, sí, se lo diré, y a ti, total nos vamos a morir igual, ¿pensar en otra piel?, yo qué sé, en otra piel he sido feliz (y en la mía ¿eh?), y en esa que no dices, y en esas que no sabes, ¿te lo cuento?

sábado, 6 de abril de 2019

Parker, Del Telle Mendi y viceversa (1)


Del Telle Mendi

Parker no fuma por prescripción médica, no bebe por lo del hígado, tampoco practica deportes por insuficiencia cardiaca. Se ahoga en las cuestas. Esa noche ha cenado en el Círculo, solo, Bego no vendrá hasta el fin de semana. Sale al porche a ver las estrellas y el mar ahí abajo le llena de añoranza.

Nekane está apoyada en el banco verde. Es buena amiga de Bego. Esta noche, sobre un vestido de fiesta se abriga con un insólito marabú.

Parker se acerca. Ella viene de una verbena en Pedernales.  Dice que se ha aburrido, que todos los chicos eran unos pesados, que bebían tanto que apenas podían hablar, no entendía sus sonidos guturales, ha vuelto al pueblo. Se interesa por Bego.

Se escuchan las olas rompiendo en Lapatza.

Parker no es buen conversador, es un soso, pero intenta romper el silencio hablando de poetas rusos, de Maikovski y de la costera del verdel. Nekane ríe. Parker se envalentona y amplía su charla con Marat Sade y su influencia en el teatro español de los años 60. Nekane prefiere no saber nada del teatro español y le invita a dar un paseo, para despejarse, dice.

Caminan los dos juntos por la alameda hasta donde termina el alumbrado.

¿Damos la vuelta? – Parker
Sigamos un poco más – Nekane.

La brisa agita los árboles y la luna en cuarto menguante difumina las sombras.

Parker ya no sabe de qué hablar, Nekane sigue riendo y caminando hacia lo oscuro. 

Me voy a casa –Parker
Nunca te has fijado en mí – Nekane

Parker, este Parker, no entiende. Tiene unos principios del siglo IXX, sólidos como el espigón del puerto, también nula experiencia en el trato con chicas que fuman y llevan marabú como un trofeo.
Nekane tampoco tiene experiencia en acercarse a los novios de sus amigas pero le intriga qué habrá visto Bego en este panoli. Se acerca, abraza a Parker y siente su erección bajo el pantalón de mil rayas…


Aviso 1: Me comunican de dirección que interrumpimos este relato hasta la siguiente entrega del dibujo de Del Telle Mendi,

Aviso 2: en el pueblo todas saben que Nekane y Parker están en lo oscuro, se llaman por teléfono, se avisan, cuchichean, se mueren de ganas por saber qué pasará, no, si se veía venir, este Parker forastero no es trigo limpio, pobre Bego, pues yo se lo digo, qué cabrón, etcétera. De Ibarrenguelua parece que ha salido una patrulla de madres, esto último sin confirmación oficial.

Aviso 3: Bajo el bosque lácteo está muy bien pero no tiene nada que ver con esto. Además Parker no habla galés. Ni apenas euskera. Pobre.

Aviso 4: eso.

viernes, 5 de abril de 2019

Hole


Hole in Fence, Paris, Photo by Fred Stein, 1936


Te vas, vuelves y todo está como estaba. Entonces caes en la cuenta que esto es nada, una actividad con oficio, quizás, sin beneficio, seguro, un espacio en el que uno es su propio padre, aprendiendo del error de estar, alimentándose del ego y las migajas de Lázaro y la plañidera que sigue a los caballos negros con penachos como flores de Pascua.

Debo seguir pero una voz me dice que esta ficción diaria encierra demasiada verdad, la impotencia de no poder saltar la valla, que queda tanto por decir, lo exiguo de lo dicho, callar por incapacidad, miedo, sueños rotos, hambre de ternura y sé que alguien intuye que estoy hablando de esa nada que nos envuelve como un pesado manto de niebla en el que solo vemos  nuestra propia soledad y la mirada al infinito.

Es posible que deba volver a enamorarme, a rondar la frontera de lo prohibido, a beber con los del extremo de la barra, a pegarme con lo razonable y con ese de la gorra a cuadros, a ser el que un día se rompió la cabeza, el alma y la esperanza tratando de encontrar hasta lo que no había perdido, lo que tenía. No sé si puedo volver a contar lo que sí cuando suenen las campanas de la melancolía en las pálidas horas de la noche cada vez más corta.  


jueves, 4 de abril de 2019

Las venas de las horas


En esta hora del crepúsculo cuarenta, rodeado de máscaras, busco tu paraíso vestido de blanco y soledad y la calle se llena de relojes desbocados.

Desde que te conocí mi vida es otra.

Si no fuera porque tengo tus suspiros colgados de mi oreja diría que lo nuestro está inventado.

Añorándote, me he convertido en un caníbal que se come sus propios días mientras preparo bebedizos con corteza de laserpicio para librarme de otros recuerdos.

Solo conozco los enigmas, del resto nada sé, estoy atrapado por el cruel manipulador que impaciente mueve las fronteras, tú eres la piedra de Rosetta que descifra mis jeroglíficos de siempre.

No me olvides, no me borres, no me dejes sentado en un estante de tu biblioteca, de tu colección de libros ya leídos.

Luchemos, estamos aquí así, para enriquecernos, para ver los días con los ojos nuevos de siempre.

Escribirnos ahora es recordar que estamos vivos, anhelar el momento de encontrarnos, disfrutar de este musgo en la garganta, humedad de saber que nos pensamos. Y ahora me doy cuenta que no quiero escribirte sino hablarte, borrar esa sombra triste de tu voz, demostrarte que estoy aquí, que existimos.

La historia real camina, respetuosa, por la acera. Las historias que me invento invaden el centro de la calle, esquivando a los carruajes, burlándose de los pasajeros, indiferente a los gestos del guardia de la circulación, con su casco risible, y es inútil que levante los brazos, estas líneas van a parar donde yo quiera y me como la manzana, tu corazón ya me lo he comido, con gusano y todo.

Quiero saber de qué oculto pozo de tristeza salieron tus sollozos, de qué negrura brotó tu llanto mientras nos amábamos anoche.

Soy culpable por no haber llorado contigo.

Quiero yacer en un surco de tu cerebro, ver pasar tus pensamientos, espectador preferente de esos rayos diminutos que te circulan, que te llenan de emociones contrapuestas, ahora ríes, ahora lloras, ahora me dejas en la puerta de un bar, bajo la lluvia, ahora me presentas a tus íntimos enemigos, ahora brincas a mis brazos mientras en el cielo se mueren cincuenta estrellas y un tren descarrila en el jardín desde donde quiero sentirte en cada pálpito, cuando la luna pinte los tejados, cuando sueñe que te sueño y sueño que somos demasiado mayores para morir, otra vez, de amor.

Y sin embargo no puedo parar de pensarte, amor, amante, veneno dulce que me corre sin descanso por las venas de las horas.

miércoles, 3 de abril de 2019

Mujer del trópico



Mujer del trópico de Capricornio, Miller (Henry) y tú escribís debajo de una mesa y los escarabajos se han rebelado, Simón y (Garfunkel) cantaban los sonidos del silencio cuando las parejas (tríos a veces) se amaban en los coches de cristales empañados sobre los riscos de Aixerrota y algunos mirones enfermos espiaban entre la niebla, perros negros como espíritus de la venganza mordían nuestra nuca cuando nos arrepentíamos de caminar por la línea prohibida que iba desde ahí hasta quién sabe dónde (lo supimos después) y ni siquiera teníamos armario ni recuerdos que guardar cuando queríamos alborotar todo, ponerlo del revés, que nos subiese la sangre a la cabeza, que fluya la sangre (solo por dentro de los cuerpos, sin derramarla), despegar lo cotidiano hasta hacerlo nuevo, no pintarlo por encima, no, descubrir el más allá, lo nunca visto, mentir si fuera necesario, te amo, eso se lo dirás a todas, sí, se lo diré, y a ti, total nos vamos a morir igual, ¿pensar en otra piel?, yo qué sé, en otra piel he sido feliz (y en la mía ¿eh?), y en esa que no dices, y en esas que no sabes, stop.

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