jueves, 24 de enero de 2019

Hola



No es un caso único, no, se empieza a recurrir a la imagen y se mata la palabra.
Pero la palabra es única.
Puede juntarse con otras y lograr la emoción, el latido del alma.
Se necesita una cierta habilidad.
Y que el lector sea proclive.
Hay que insistir.
Conozco escritores que incluso escriben.
Sé perfectamente qué hay que escribir para que alguien llore.
Una vez lo utilicé.
Es un secreto pero  lo cuento.
La palabra es adiós.
La verdad es que no se me ocurrió solo, me lo habían dicho alguna vez. La primera vez lloré, era tan joven. La segunda me resultó indiferente, yo también me había aburrido. La tercera me dejó en una especie de cueva, un espacio negro en el que no podía moverme, ni respirar, estaba como muerto, al menos perdí el sentido de la vida, es increíble lo que puede producir una sola palabra. Ella lo dijo como una liberación, como una afrenta, como un insulto. Qué cabrona.
Del resto los he juntado en una nebulosa en la que no sé quién de los dos (o tres) lo dijo antes. Adiós.
De cualquier manera ahora estoy lleno de saludos de bienvenida, es mejor, alguien se quedará.
Y es que este invierno puedo ser muy duro.
Hola.

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