lunes, 7 de septiembre de 2015

Extimidad



Le boeuf écorché de Rembrandt (1655)


El término extimidad de Jacques Lacan (“es lo más íntimo justamente es lo que estoy constreñido a no poder reconocer más que fuera”), cuya estructura ha sido dilucidado minuciosamente por Jacques-Alain Miller, define algo así como la exterioridad de lo más íntimo.

Con rapidez, los listos, los expertos, los gurús, se han apropiado de él aunque lo usan con un significado ligeramente diferente al del psicoanalista francés. Serge Tisseron asegura que “…es la exposición literal de los aspectos íntimos de la persona, pero, lejos del supuesto fin de las redes sociales, esta sobreexposición no se hace para compartir. De hecho, FB se ha convertido cada vez más en interminables monólogos. El individuo usa a los otros para reafirmarse como si fueran un espejo porque tiene la imperiosa necesidad de crear un personaje diferente a sí mismo, una autoimagen más brillante”. Es decir lo que ahora se llama postureo, algo no autentico, una pose.

Es cierto, millones de personas formamos parte de alguna comunidad virtual, de las redes sociales léase blogs, Facebook, Twitter o cualquiera otra parecida, incluidas la que seguro saldrán mañana mismo. Zygmunt Bauman dice: “… Internet abre posibilidades que “la vida real” negaba. La posibilidad de lograr reconocimiento para una identidad sin siquiera adoptarla realmente.” Cada día utilizamos estas vías de comunicación, usamos la tecnología que permite compartir nuestra identidad, o construirla, imaginarla, hacerla nueva. Quizás esta sea la verdadera y la inventada es la otra, la de antes.

Según Paula Sibilia “En este contexto, irrumpe la "extimidad". Esta especie de neologismo, que foguea la idea de hacer externa la intimidad, parece ser el gran protagonista de la escena contemporánea, acompañado por los diversos modos que asume el "yo". (…) flota en el aire una suerte de "narcisismo exacerbado" –u "ombliguismo"– que deriva en sociedades que privilegian las "apariencias" por sobre las "esencias". De esa manera, el ser y el parecer se (con)funden.”

Bauman afirma que :” …todo el perfil de un usuario está armado de tal forma que produzca en el otro algo, es una personalidad virtual, no real. También queda en evidencia la redundancia del “otro” en cualquier rol que no sea el de avalar y aprobar. En el juego identitario de Internet, el “otro” queda reducido a su núcleo duro de instrumentos manipulables para la reconfirmación personal, despojado de todos o casi todos los rasgos irrelevantes para la tarea que todavía se toleran en una interacción offline. (…) La socialización virtual sigue el patrón del marketing, y las herramientas electrónicas de ese tipo de socialización están hechas a la medida de las técnicas de marketing.” Pues tiene toda la razón ¿no?

Cuando tantas personas nos apuntamos a esta forma de expresión está claro que un cambio importante se ha producido en la forma de entender la intimidad. Por supuesto la clase social, los conocimientos o la edad no son un obstáculo,  no es solo un fenómeno adolescente. Lo que no está claro es dónde nos llevan estos cambios. Dado que no controlamos el futuro limitémonos a construirlo.

Me encanta esta posibilidad de jugar entre lo que siento y lo que exteriorizo. Como ejemplo, cada día dejo mi blog y este muro perdidos de extimidad.


(¿He dicho jugar o he dicho escribir?)

3 comments :

Maribel dijo...

T.I.C, R.A.M., B.I.T.S, y un largo etcétera de siglas. La sociedad de las prisas, de lo inmediato. Le das al ON de tu ordenador o de tu Smartphone y ante ti se abre una ventana al mundo y a toque de clic, puedes informarte (incluso desinformarte). Leer, devorar, saciar nuestra curiosidad (espacio patrocinado por San Google). Bienvenidas redes sociales. Hola Sr Güasap. Ya no tengo que escribir una carta, comprar un sello, que mancillen el sobre con un matasellos y sentarme a esperar que llegue la misiva. O aquel ¿Llamará? ¿No llamará? Que ahora sé que a las 03.61 m andabas conectado/a pillín/a.
En un chasquido de dedos el mundo (virtual) a nuestro servicio. Qué ya podemos opinar cuanto y cuando queramos. Nuestro minuto de gloria está cubierto. Que el mundo no podrá sobrevivir sin saber que hoy, precisamente hoy, en este momento me pica el dedo gordo del pie: y ahora ya lo sabes! O con nuestro “me gusta” ya hemos hecho la buena labor del día. Un simple emoticón habla por nosotros. Aquí comunicación no verbal de pacotilla a su servicio ¿dígame? Y existimos. Y nos leen/ven. Y nos comunicamos, y así sobrevivimos. Y ya cuando traspasemos dirán: qué penica oye, con las fotos tan bonitas que subía, y que buenos ratos pasamos chateando.

El modo en el que lo hagamos ya cada uno el suyo. Hacia dónde nos llevará todo esto. No lo sé, ni tan solo me lo pregunto. Que le quitaría trabajo a los que saben y que les pagan para que sepamos. Disfruto de las ventajas de esta forma de comunicarme mientras no apliquen la ley mordaza (que todo se andará). Me quedo con las grandezas de este mundo al que yo me empeño en llamarlo real. El que ha generado nuevas profesiones. El que me brinda la oportunidad de leer personas, a personas que crean personajes y los hacen creíbles, y ejerzo el derecho de usar el mando a distancia (llámese ratón, llámese dedo morcillón al que el teclado del puñetero teléfono se le queda pequeño) y hacer OFF.

Obviaré, hablar de lo que “la verdad esconde”. Porque eso es otro tema, no es el de hoy, sino la cara B que todos conocemos y a pesar de ello, aún hay quien campa impunemente desatando sus bajezas, eso sí, siempre bajo un nonombre o un anonimato, que en realidad no lo es tanto. Jelou IP.

Y ojo al dato (aquí poner de fondo la banda sonora de Tiburón) que lo saben todo de nosotros. Nuestros gustos, apetencias, costumbres y todo será usado ¿en nuestra contra? … Ayss Sr. Orwell usted sí que sabía allá por el 1984.

¿Ventana indiscreta, voyerismo, exhibicionismo, yonkies del aplauso, tener un millón de “amigos”? Qui lo sa?

Y con esto queda satisfecha mi dosis de extimidad de hoy ;-)

PD: Has dicho jugar, que lo he leído ehhh

Magnolio dijo...



Extimidad. Me la quedo. Me hacia falta para explicar/me porqué mi amigo, el del blog, cuando quedo con él nunca me habla de lo que siente. De los demás sí: habla mucho de con quien se acuesta y no se levanta y bla, bla, bla, Sin embargo voy a su blog y ¡qué maravilla! le veo el corazón y hasta las tripas le veo.

Pero esto no es antiquísimo, solo ha cambiado el formato. Tengo una amiga escritora que cuando la tocas (en cualquier sentido) salta como si le hubiera picado un abejorro. En cambio, en sus libros, oye, comulgamos juntas.

Extimidad. Me gusta. Gracias. Te la cambio por "alexitimia"

Magnolio dijo...


Sorry (las prisas) quería decir que "es" antiquísimo.

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