jueves, 3 de septiembre de 2015

Desagradecida.





Te contesto. 

Mi vida, no, no soy una desagradecida, aplaudo, vaya que sí, aplaudo como una espectadora de las últimas filas, mira, estaba a punto de salir, si hasta tengo puesto el abrigo y el sombrero, está la noche fría, qué sabes tú de la noche, qué sabes tú de mí si tienes mi recuerdo con el regulador de tu cabeza en off. No me cuentes cuentos chinos que soy japonesa ¿no ves mis ojos rasgados?, ¿no ves mi color amarillo?, no ves nada, no tienes tiempo, estás encerrado entre las cuatro paredes de tu destino en lo universal, en el idilio constante con tu saber, con tu vocación por encima de todo, de todos, la inercia de los días te lleva sin espacios para otra cosa que no sea el cumplimiento del deber, almirante en un portaaviones con los dedos en la sien, aguerrido luchador ninja contra la elección del corazón del trigo y los peces silenciosos. 

Ya.

Sé que ahora mismo no sabes de qué demonios hablo, otro absurdo discurso frente a tu ventana. Lo atribuyes a mi proverbial mal carácter, a las cajas destempladas, a las cajas pequeñas, al cajón de la inmadurez emocional donde estoy metida, Houdini femenina bajo las aguas heladas atada con las cadenas de mi ceguera, burbujas antes de ahogarme. A nadie le importa este disturbio entre tú y yo, pero no te soporto. 

Me tienes harta, nene.

4 comments :

Maribel dijo...

Casi no te veo, te levantas temprano y cuando llegas (tarde, muy tarde) apenas una cena frugal y te quedas dormido en el sofá o acabas algún informe pendiente. Semanas de congresos y apenas una llamada para ponernos al día; siempre de noche. Nada de salir los fines de semana que quieres estar en casa arguyendo que estás agotado. Y pasear sola, ir al cine sola. Y aprovechar esos momentos en los que no estoy para poner al día tu agenda. Te estás perdiendo lo mejor del chiquillo. Me estás perdiendo a mí. No nos comunicamos. No nos devoramos como antes. Tu adicción al trabajo, a tu trabajo, te está privando del resto de cosas que también son importantes. Y ante esta “amante” que te absorbe a tiempo completo no tengo palo de baraja con la que sacarme un as de la manga, ni me permite echarme un farol y menos un órdago. Reproches y más reproches. Y tú: silencio. Esperando que amaine el temporal que mañana será otro día y sonará la misma canción, mientras te anudas la corbata, te pones la americana y preparas la maleta para tu próximo viaje. Yonkie de tu única adicción. La que yo no entendía porque no llevaba mi nombre.

No, mi vida, tú no estabas equivocado, lo estaba yo. Te convertí en el epicentro de mi vida, olvidándome de mí. Te culpaba de mis carencias, de los sollozos que derramaba encima del sudario con el que cubría mi piel muerta por la falta de tu tacto en ella. ¡Bah! solo eran lloros de niña caprichosa a la que no le regalan la muñeca que pide para reyes. Qué no tiene aquello que quiere y se encabrita y se victimiza. ¡Inmadura! Te quería imponer mi forma de entender la vida, sin aprender a respetar la tuya. Tú tenías razón. No era adicción, era pasión por lo que te hacía sentir vivo.

Y entre las horas de soledad impuesta aprendí a rellenar mis vacíos, obtuve amplitud para descubrirme, a entender que necesitamos de espacios privados que enriquecen los compartidos, a no responsabilizarte de mi felicidad, porque no estaba en tus manos, sino en las mías.

Ahora llegas antes a casa (creo es que ya no miro el reloj). Siempre sonrío. Y te pregunto qué tal fue tu día y tú me cuentas y yo te explico cómo fue el mío. Y me escuchas cuando, apasionadamente, te hago partícipe de algunos de mis logros, y me coges la mano con ternura cuando protesto porque la tonta de turno intentó (sin fortuna) amargarme la mañana. De las cenas con los amigos. Los encuentros anuales con mis compañeros de la facultad, contando las mismas historias de siempre. De mis nuevos proyectos, de mis utopías y de mis quimeras. Y te quejas de que me ves poco. Y te quito la corbata con mirada picarona, y te desabrocho la camisa muy despacio.. y partir de aquí TOP SECRET! CENSURADO ;-).

Pedro M. Martínez dijo...

Ahora, a estas horas, perjudicado por el día y las adicciones solo puedo quitarme el sombrero.
Maribel Gs ¿de dónde sales? Puff. anda ven, muchas gracias.

Magnolio dijo...


".....contra la elección del corazón del trigo y los peces silenciosos. "

por supuesto, no lo entiendo (ni falta que hace).

Guauuuuuuu!

Pedro M. Martínez dijo...

Magnolio, < sus pies.

Mi foto
Bilbao, Euskadi
pedromg@gmail.com

Creative Commons License Page copy protected against web site content infringement by Copyscape ecoestadistica.com site statistics

Vistas de página en total

Lo que hay.(Desde 08.02.07)

Se quedaron

Así vamos

Aquí desde 08.02.2007

(Antes en Blogia desde 07.2004)

(Y mucho antes en "La tertulia en Mizar")

6.756 entradas