viernes, 17 de abril de 2015

Hay días en los que los dedos se me cruzan


No digáis de mí que, débil, decliné
los trabajos de mis mayores, y que huí del mar
de las torres que erigimos y las luces que encendimos,
para jugar en casa, como un niño, con papel.

(Stevenson)


Vaya temporal, hay días en los que los dedos se me cruzan y no acierto a escribir o resulta que el silencio se aposenta en mis sienes y debo hacerme agujeros en la nuca para que circulen las ideas, para que salgan los sentimientos, para que entre lo que veo con mis ojos y lo que veo no se produzca un violento choque que termine con este simulacro de arte solo para que los días se ajardinen y un operario de pecho inflado alimente con una pequeña regadera las macetas alineadas sobre la repisa de los lunes, el cobijo del alfeizar de los jueves, la fiesta puntual de la mediodía de los viernes, enanos de gorros rojos con gesto malhumorado y tijeras de podar, canciones bajo el manzano, hierba que crece acariciada por insectos melancólicos, la fiera enjaulada junto a la verja rugiendo y lanzando zarpazos al aire de la mañana, una dama bordando en la almena, los agoreros que dicen que lloverá los próximos meses, todo el verano, lo que nos faltaba, no acertarán, aunque sí es fácil acertar que lo de Rato tiene tela, por decirlo de una forma muy suave, coloquial, alguien pagará lo que se ha llevado (presuntamente) este pájaro, ex vicepresidente del gobierno, lo que se han llevado (presuntísimamente) los otros, esa lista de 705 contribuyentes (¿?), los que se acogieron a la amnistía fiscal en 2012, qué asco, alguien pagara sí, nosotros, alguien dejará de pagar algo básico para su vida, perderá su piso, su empleo, el futuro de sus hijos, sin el más mínimo principio moral, con su norma, su normalidad, sin hacer demagogia aquí, sin sentido, sin que nadie salga a la calle y queme todos los chiringuitos financieros del mundo con esos innombrables dentro, tanta miseria para unos y ese insultante cantidad de dinero para uno, para tantos, tantos chupando, hundiéndonos la vida, políticos blandos, protegiendo su banqueta, su parcelita, ¿su ideario?, venga ya, ¿qué hago aquí escribiendo estas insensateces?, siguen llegando los diferentes, pasan a nuestro lado, hablan y no les entendemos, ni siquiera les miramos, excepto que estén muy junto a nosotros y nos apartamos, no vayan a tocarnos, no vayan a hacernos algo, algo es nada y nada es pasar los días sin ilusiones, sin aceptarnos ni siquiera en el espejo, sin querernos, no lo entiendo, a cada uno nos toca lo que nos toca y es inútil pedir cambios milagrosos, no hay ventanilla de reclamaciones, no me gusta mi cara, no me gustan mis caderas, no me gusta mi culo,  no me gusta mi vida, pero ¿qué dices? si no te escuchas ni a ti mismo cómo quieres que te escuche alguien que no existe, no es conformismo es que no hay más, se cambian vidas, cambio mi cuerpo por tu alma, cambio tu juventud por mis músculos, no te cambio mis ganas de vivir aunque me lo pidas de rodillas, me gusta este palíndromo yo soy, desde el fondo de la casa M. dice que si no tengo nada más que decir mejor es que me calle ya, pero hay instantes en los que no me puedo callar y es que me altero con tanto caradura protegido bajo las faldas de esa Justicia que, como es ciega, a veces mira para otro lado, siempre para el mismo, anda, rápido que bajo la persiana, estoy cabreado. Mañana más.


4 comments :

Ning Jie dijo...

Y luego me dice usted que no sea radical, que se te pone no sé qué en el estómago... ¿Lo ve? Hay que serlo. Tiene uno que vomitar sobre estos hijosdeputa, tiene uno que salir a la calle con bazokas y no dejar un títere de esos con cabeza. Que primero nos aborregó la religión y la Inquisición, luego la dictadura y la boca cerrada, y ahora nos exigen guardar la compostura, tragar e ir viendo cómo la amnistía fiscal los acoge, aunque muchos, muchísimos, millones, no tengamos ni para pagar la luz. La puta luz.
Lo siento. Soy radical, con las monarquías, los alardes, los que van a esquiar en helicóptero, las farmacéuticas, los ladrones de guante blanco, los lánguidos de las tertulias, los pelotas, los cobardes, los maltratadores y los prepotentes.

Menudo desayunito me ha dado. Tengo el croissant en la tráquea.

Buenos días tenga usted! (así con la mano, ya sabe)

:)

flower dijo...

Buenos días Pedro:
Hay cosas que no entiendo. No entiendo, por ejemplo, que toda esta gente que ha acabado con sus sueños e ideales, con lo mínimo para vivir, como es una vivienda digna y cuatro duros para ir tirando, que se han visto abocados a tirarse a la calle para mendigar de aquí y de allá, no se pongan en pie y armen la de San Quintín.
El otro día entró en una oficina bancaria de mi ciudad un señor y se lió a mamporros contra el mobiliario del banco, rompiendo cristales y todo lo que se ponía a su paso. No atentó contra nadie, solo lo material. Cuando me enteré, una sonrisa se esbozó en mi cara y pensé "por fin alguien actúa".

No entiendo cómo este individuo que ha ido al traste con toda su vida, que no tiene lo mínimo, no se coloca ante cualquier "pez gordo" por no decir un improperio, que los tengo y muchos, y no comete una aberración. No lo entiendo, no lo entiendo...

No sé qué me pasaría si yo llegase (Diosylasantamadreiglesia no lo quieran) a perder lo que tengo para ser medianamente feliz, pero desde mi posición, que es muy privilegiada, no entiendo nada.

Tampoco me entiendo a mí misma, me quejo y no paro de quejarme, critico a quienes nos gobiernan y luchan por gobernarnos, pero a la postre, no hago nada... nadie hacemos nada. Y eso que cada vez que hay una manifestación en mi ciudad, cualquier movimiento de protesta por nuestros derechos y libertades, allí estoy, ocupando un lugar que luego el gobierno se empeña en hacerlo más chico, pero salgo a la calle... y aún con todo, pienso que estamos como paralizados, dejamos que nos den por el culo una y otra vez, y seguimos sin hacer nada...

Este tema me deja sin aliento, me aboca a la tristeza, estamos como alienados. Salen a la palestra casos de corrupción alucinantes y no cogemos en grupo y salimos todos los españoles a la puta calle a gritar. No. Seguimos con nuestra vida, pensando, ojalá no me toque a mí...

¡Qué tristeza!

PD: Escribo rápido, casi sin mirar atrás. No querría, bajo ningún concepto, herir a nadie. Las palabras escritas quedan perennemente fijadas sobre el blanco y los matices, que son muy subjetivos, pueden causar daño. Mi respeto a todas las personas, tengan o no tengan, duerman donde duerman... Mi calor para aquellas que más lo necesitan.

Pedro M. Martínez dijo...

Ning Jie, de acuerdo en todo excepto en lo del bazooka, prefiero matar a mano, no es tan limpio pero se goza más. Qué gentuza. Es una situación insoportable. Lo que no quiero que me quiten es la alegría, me voy a sonreír bajo la lluvia. Eso (lo de la mano)

Pedro M. Martínez dijo...

flower, es un tema tan, tan serio que en este momento no me siento con fuerzas para decir nada. Solo que entiendo todo lo que dices y que estoy de acuerdo y que tampoco puedo contar ahora mis luchas individuales porque no quiero sentirme triste. Estos hijos de puta nos pueden quitar muchas cosas pero nunca la alegría ni la esperanza.
Te abrazo en silencio

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