viernes, 27 de marzo de 2015

Mi amigo J

Sperm count/Recuento de espermatozoides

Held the sperm in hand to count, watery white,
Para saber si se nota el estrago de los años,
Squirted after investing much hand-held effort
Para recobrar el placer de años idos.
Only a few drops in the morning light,
Que antes no veía al entregarlo escondido,
That action recalled the lost energy of youth.
Ahora es agotado en el silencio solitario
As boring as a museum attendant.
En las lecturas siempre noté medidas ajenas;
They always seemed larger than my life.

(Andrew Graham-Yooll –1944-)





Mi amigo J es un hombre lleno de virtudes, padre y esposo modélico, ciudadano ejemplar, un intelectual, un científico, viajero, políglota, apasionado de la ópera, gran deportista, ciclista, montañero, lector de los clásicos rusos, de Buzatti, de Canetti. (Bien es cierto que tiene alguna sombra en su historial: le gusta el programa de Gran Hermano Vip. Todos pecamos.)

Pero no es de estas cosas de las que quiero hablar.

Mi amigo J es un buen conversador, como filósofos de lo cotidiano charlamos mientras caminamos por el jardín de los días, algunos sábados antes del partido, los encuentros en las esquinas, la ascensión al Gorbea, cuando nos dejan un hueco los apasionantes diálogos teresianos.

Tampoco es esto lo que quiero destacar.

Mi amigo J se sorprende de la (mi) ilusión. Sostiene la teoría de la muerte de lo nuevo. Camina por el carril de lo conocido, con los ojos cerrados a todo lo que no lleve una fórmula, una definición contrastada, sin sitio para lo abstracto, la poesía, la sorpresa. Ahí somos diferentes.

Pero sobre todo, y esto es lo que quería contar, mi amigo J es invisible.

Esto sí es destacable. Camina por la calle y nadie le ve. Pasa como un espíritu por los semáforos, por las avenidas, plazas, rincones de la villa. Es transparente, etéreo, cristalino. Él mismo lo asume: “soy transparente”. Lo lleva con absoluto conformismo. Esto, en sí, no es bueno ni malo, es lo que es.

Él no lo sabe, pero yo sí le veo, con nitidez, desde los contornos hasta el interior, entero.



Resumiendo.

A). Que en mi caso sería capaz de pintarme de amarillo para que me vieran.

B). Que sin ilusión la (mi) vida sería gris, insoportable, absurda.

C). Que un día que esté descuidado voy a poner a J un traje fluorescente y le voy a inyectar una dosis de glup (2.0).

D). Que el único que no sabe que no es transparente y que está lleno de ilusión es él mismo.

E). Que mañana mismo se lo cuento.


F.) Que es muy bonito que J sea un buen amigo mío (me siento muy afortunado por serlo).


2 comments :

Lili.T dijo...

J será transparente pero tiene un tesoro como amigo.
El relato es justo, medido, y contiene todo lo que cualquiera quisiera decirle a alguien que quiere. Felicidades.

Pedro M. Martínez dijo...

Lili.T, sí, hoy no he inventado, mi amigo es justamente así. Tener amigos es un privilegio que hay que alimentar. Muchas gracias.

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