domingo, 31 de agosto de 2014

La huida de los intrusos.



Esta página ha vuelto de vacaciones.
Y yo.
Un aviso y una amenaza.

Se ha roto el idilio entre el hipopótamo y los erizos, el aleteo de los murciélagos nos deja un regusto de leche cortada, de súbitos amaneceres, de entrecortados jadeos en la cuesta arriba. Es inútil que psiquiatras alterados busquen al intruso que se coló en el laberinto de soledad. Se ha ido, desapareció por una puerta enmarañada. Si, no, blanco, negro, sexo, I, O, encendido, apagado.

Notifico que he vuelto a trabajar y tengo la esperanza arbolada. O no, yo qué sé. Quizás no sepa transmitir mis emociones amargas, mis frascos de júbilo, mi colección de mariposas de papel, aquella mirada de Mirada. Quizás la virtud de adivinar está aún adormecida o no es posible ejercer de espectador de caleidoscopios ajenos. En cualquier caso a nadie le importará y un arquitecto de fragmentos prepara las normas para el siguiente edicto. Será pronto.

Tengas ustedes en cuenta que esta divertida tarea de juntar palabras es un ejercicio de amor. Chin, chin, boise seche. Este paseo desde la gruta con pinturas de nadadores hasta los aledaños de una prisión de panteras es un truco de magia. Krik, krak. El lanzador de cuchillos se entrena con estrépito. Shuiuzt, shuiuzt. Tengan cuidado con los cambios climáticos del final de agosto. Y con la nieve de diciembre.

Entre la maraña de punto.com nos buscaremos, entre la interminable sucesión de letras, voces, silencios, imágenes, sílabas, puntos. Y comas. Pronto olores. ¡Qué delirio! Tengamos confianza, nos encontraremos en el paisaje nuestro de cada día. El destino duerme en un anaquel del pozo de la turbación. Amén.

Vuelvo sobre el escenario. Sin pudor. Salto al laberinto y clavo mensajes, números en cada esquina. No se pierdan, no se escuden en la venda, no se fíen de las premoniciones, no estén tan seguros del desenlace. Sean ustedes mismos. Mantengan la, esa inquietud. Y la fe. No lloren por las ausencias. Búsquense. Búsquenme.

Levanto una maquinaria de hojarasca difusa, una sinuosa estampa de armonía, una telaraña en la telaraña. Mientras las naves viajan a Titán, nosotros continuamos temblando, perdidos en el desamor, en las preguntas, en la babélica y trivial malla sin reglas, en universos interactivos intuidos desde la cocina de nuestra casa, en métodos tecnológicos de los que no comprendemos más allá del on/off.

On. La televisión recoge catástrofes, guerras, barbarie. Off.
On. En los altavoces vibra una música de Joe Barbieri. Off.
On. En mi corazón se extiende un puzle de un millón de piezas. Off.
On. Me resulta difícil borrar nada y un hilo resiste entre los hilos cortados, se tensa, vibra con sonidos amorosos. Off.

Descubro una mujer desnuda en mi cama y las cortinas se abren al amor de la mañana. Ella me dice que lleva ahí varios años, tumbada, esperándome, con las caricias detenidas, con la dulzura embalsada, con los besos a punto de florecer. Amo a esa mujer. La amo desde siempre y hasta el final del horizonte. Me levanto y mi cabeza golpea contra el armario donde guardaba la impaciencia. Me despierto.

Vuelvo a leer lo que he escrito y me siento como un caníbal melancólico, como un equilibrista de la peripecia, como un pulcro mentiroso ejerciendo su oficio. Pero deben saber que el bosque de tantas manos agitándose desde las estaciones, desde los aeropuertos, desde el borde de los caminos, me distraían. Las he cortado, todas. O estoy en ello.

Y esto, o parte, o algo, es lo que yo quería: escribir/me.
El personaje ha muerto, queda la persona.
Pasen y vean, aquí está mi corazón.
Voy dejándolo en esta ventana.



Nicki Minaj.





http://elpais.com/elpais/2014/08/29/gente/1409331926_180720.html



lunes, 25 de agosto de 2014

25.08.2014




El caso es que es lunes, ya ves, y una ligera llovizna cambia el paisaje y el pensamiento. Una premonición ¿termina el verano?, ¿ha llegado en algún momento? Desde aquí me dedico al truco de manchar con (presunta) poesía (ajena, claro) los muros como un maletilla en el tentadero, llenándolo de amaneceres floridos y de atardeceres turbios, como un agorero que grita el fin del calor (aquí) pero. Todo tiene su fin (los Módulos) y esto va así, unos vienen y otros van, yo me voy, pim pam pum, septiembre viene lleno de proyectos (ya lo contare). Como Boabdil saldré mañana (llorando), como la mujer de Lot girare la cabeza en el último momento pero no me convertiré en estatua de sal, como Islero embestiré al Manolete de las nostalgias y me iré pian pianito, carretera adelante. Snif. En fin, que remedio. Pues eso.




domingo, 24 de agosto de 2014

24.08.2014


Tengo demasiadas cosas que no hacer para perder el tiempo en explicar que desde la ventana veo el mundo, pequeño, si, pero suficiente, veo amanecer y el mar, veo el pasado que se retuerce como una espiral de nombres y rostros y entonces me hago un torniquete en los recuerdos y sólo veo un cuarto oscuro en una ciudad luminosa y ella tumbada en una cama, esperándome (1) 

¿Siempre hay una ella?, preguntan desde el fondo de la sala. Entonces me bajo del escenario y la emprendo a golpes con los curiosos y son tantos que siempre quedo magullado y roto, un perro que se lame una pata bajo un árbol, un envase blanco en las baldas inferiores de un supermercado, un software caducado, mi mano abierta sobre su seno derecho, mi boca pronunciando esa palabra que entré en su cabeza (primero) y en su corazón (después), esa palabra(s) que rompa todos los cierres de seguridad y le doblé las piernas y gire su cuerpo hasta que, por fin, me mire y vea, escuche y (quizás) comprenda (2).

Es domingo y el amanecer también hoy ha sido espectacular y gratis, no subo al faro porque quiero cambiar de paisajes y preparo la maleta y la toalla, la enrosco en mi cabeza y digo, ni se cuántas cosas digo, la mayoría no tienen sentido si se miran de lejos, por eso acerco la nariz y huelo las palabras, distingo el olor de tapioca y el del tabaco, las lágrimas saladas y que paciencia hay que tener, señor, debe ser la edad del almacén y del recuerdo, el tiempo de volver.(3)

Se va agosto y todavía no ha empezado.

Ella vuelve hoy (aplausos desde el avión)




(1) Ustedes no saben lo que es que te esperen así.

(2) Ustedes no saben lo que es que no te comprendan en absoluto pero que te quieran (¿o si lo saben?)

(3) Ustedes ( y Neruda) saben que el que el vuelve nunca se fue.


viernes, 15 de agosto de 2014

15.08.2014


Estoy acuclillado en la mitad de agosto. El mes se ha partido con un crujido seco, por los intersticios se escuchan gorjeos, trinos, cantos melodiosos y el dolor que vuelcan los noticiarios, Africa, Siria, Gaza, Irak, tantos lugares de sufrimiento. Subo al Faro como cada mañana, sé que no volveré a escribir, me lo dice el viento que llega del mar, me lo susurra como una amante celosa y voy dejando las historias en ese camino diario que me impongo para descifrar las metáforas, para adivinar que hay al otro lado, detrás de los montes mágicos, del horizonte donde una vez acabo el mundo. Cambió la masa por la forma y se ha quebrado un cuento, quiero parar con las manos la melancolía y es inútil, el pecho se me llena de un dolor negro y duro, algo sólido que me parte la mirada y la esperanza, que me llena de miedo y salgo hacia el acantilado. Es verano aún, quien lo diría y a la semana de la niebla le sigue esta de sol y lluvia, dibujo el amanecer en un ingenuo intento de atrapar la nada, dibujó nubes sobre la superficie quieta de la ría, escribo te quiero en la arena, la esparzo sobre la mirada mexicana, intentó diques para que no se vaya el recuerdo, recojo flores amarillas en la playa de Fora, también esas blancas que me recuerdan a Cádiz, en una mano llevo una nuez y en la otra una piedra del punto de partida, símbolos que me impongo para no olvidar a quien amo, ritos para que la belleza no se agriete, canto para no olvidar su nombre y agosto se ha partido en dos, mis brazos están morenos, mis labios musitan frases en lenguas que desconozco, danés, serbio, alemán, voy a zancadas, nunca llego, ella esta tan lejos, nada tiene sentido, quiero volver y no se donde, aquí no termina el mundo y nos mintieron, aquí empieza otra quincena y tengo que saber si es exilio o fortaleza, si voy o si vengo y las dudas me muerden, bah, me voy a la playa, ya veremos. Disfruten, gente, estamos vivos.




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